Con el frío que cala hasta los huesos y el cansancio a más no poder, Cirilo González Rangel, lleva tres días caminando y nada lo detendrá hasta llegar al pie del altar de la Virgen de San Juan de los Lagos.
Acompañado de su esposa y cientos de peregrinos, a Cirilo le quedan por delante seis días de largo camino para llegar.
En el trayecto ha visto a sanjuaneros de su grupo quedarse atrás porque sus pies ya no pudieron más por el cansancio, también ha visto a sus compañeros sufrir de sed y frío, pero dice que a él nada lo detendrá hasta cumplir su propósito, como lo ha hecho desde hace 15 años, cuando por primera vez le pidió un favor a la Virgen.
“Hace 15 años fui por primera vez a San Juan de los Lagos a pagar una manda a la Virgen porque me enfermé y me concedió el favor de recuperar mi salud.
“Desde entonces cada año voy a visitar a la virgen por gusto”, relató.
Cirilo y su esposa tienen 14 hijos, todos han seguido la tradición de visitar a la Virgen y cada año tratan de asistir.
“Lo principal es la fe, la fe mueve montañas, en mis vistas a San Juan he visto muchas cosas impresionantes, yo sí creo en mi religión, se las inculqué a mis hijos y cuando pueden vienen”, mencionó.
Nada detiene a su fe
Con el frío que cala hasta los huesos y el cansancio a más no poder, Cirilo González Rangel, lleva tres días caminando y nada lo detendrá hasta llegar al pie del altar de la Virgen de San Juan.