Vándalos dañan con grafitis los muros exteriores del Templo de San José y Señor Santiago, ubicado en Marfil, un histórico inmueble construido en el año de 1695.

Este inmueble religioso se ubica en los márgenes del Río Guanajuato, un sitio muy concurrido por personas que acuden a ejercitarse o pasear con sus perros.

Un reporte a la redacción de AM Express señaló la situación que atraviesa este inmueble debido a la falta de vigilancia.

Durante un recorrido se observaron los muros exteriores del templo grafiteados, situación que molesta a los vecinos.

Los colonos comentan que la construcción del templo inició en 1641, por lo que hicieron un llamado a las autoridades para que manden vigilanciaa fin de proteger este patrimonio de la ciudad.

Y es que este recinto es uno de los edificios más antiguos de la ciudad, ya que fue en 1695 cuando se concluyó su edificación.

Por cualquier lado que se observe, los muros están vandalizados, entre los últimos rayones está un mensaje pintado con plumón negro el 6 de enero pasado.

Groserías y palabras incoherentes forman parte de los rayones provocados por los vándalos, en un inmueble que se aprecia que  recientemente fue rehabilitado.

Los vidrios de los ventanales también lucen quebrados, así que pedazos de cartones sustituyen los cristales.

La señalética ubicada en el exterior de este templo también está graffiteada, al igual que los postes y muros de casas vecinas, una imagen desagradable para los turistas que llegan a conocer este histórico inmueble.

En riesgo ciudadanos

Señáletica borrada, piso cubierto de escombro y una sección del muro construido a lo largo del río Guanajuato a punto de colapsar, es como se encuentra el camino de terracería ubicado en pleno corazón del barrio de Marfil.

Este camino inicia en las ‘curvas peligrosas’, corre a lo largo del Río Guanajuato y termina en las inmediaciones de la glorieta de Marfil, así que es una opción importante de tránsito en momentos en que las ‘curvas’ son cerradas por algún percance vial, que son muy comunes en esta salida de Guanajuato.

A la fecha el camino está totalmente destruido, ya que se observa que hace muchos años no recibe mantenimiento.

El agua ha convertido el camino en una vialidad difícil de transitar, ya que está recubierto por escombro, material que al parecer es dejado por particulares, quienes ante la pasividad de las autoridades, realizan arreglos ‘caseros’ aunque a veces resulta peor.

Otro riesgo para automovilistas y peatones es una sección del muro a punto de colapsar.

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