Pesé a vivir en una ‘isla’ que abastece de agua a la ciudad, la mayoría de los habitantes de la comunidad de Santa Ana carecen de agua desde hace un año.
En esta población habitan alrededor de 750 personas, quienes viven rodeados en un 80 por ciento por la Presa de La Soledad, que abastece del vital líquido a las familias de la Capital.
Los habitantes de Santa Ana reciben agua ‘cruda’ (sin tratar o purificar) de la Presa de La Esperanza, que llega turbia por contener lodo y animales muertos como arañas, chapulines y moscos.
Fue hace dos años cuando comenzó la carestía del vital líquido, poco a poco las familias de las zonas elevadas dejaron de recibir agua, únicamente quienes viven en la parte baja, cerca del 50 por ciento de la población continuó con el suministro.
En consecuencia, los vecinos se tienen que cooperar para comprar el agua de las pipas, la cual cuesta alrededor de 400 pesos.
Por su parte, el departamento de Comunicación del Simapag, informó que el abasto de agua corresponde a un comité de vecinos.
Así que son los colonos quienes tienen que hacer las mejoras para que el agua llegue a todos.
Personal del Simapag dijo que no existe una solicitud para que el agua sea mediante las redes del organismo paramunicipal.