Una tradición del Ballet Folklórico de la Universidad de Guanajuato es venerar un día antes a la Virgen de los Dolores en la Plazuela de San Roque, lugar donde iniciaron los Entremeses Cervantinos hace más de 63 años.
A medio hora de iniciar el evento, las gradas y los alrededores estaban abarrotadas por guanajuatenses y visitantes que se acercaron para ver lo que se presentaría. Poco tiempo después empezaron a salir de los vestidores las bailarinas y bailarines vestidos elegantemente de la época porfiriana.
Ante cientos de personas se celebró una boda ficticia y por consiguiente no podía faltar el baile al compás del vals de Juventino Rosas, ‘Sobre las olas’, las parejas se deslizaban por todo el escenario.
Enseguida, la Estudiantina de la máxima casa de estudios hizo lo que le ha dado presencia en gran parte del país, interpretó a su manera las composiciones que escribió el dolorense José Alfredo Jiménez en un popurrí con unas estrofas de ‘Amanecí entre tus brazos’, ‘El Rey’, ‘Ella’ y para cerrar un poco de la letra de ‘Caminos de Guanajuato’.
Después de un breve silencio, en el templo se proyectaron algunas imágenes de paisajes, mientras la presentadora explicaba uno de los pasajes de la historia de México, dando así una probadita de lo que en su momento iban a mostrar los bailarines.
De esta manera, la Estudiantina, el Coro y el Ballet Folklórico de la Universidad de Guanajuato preservan las tradiciones mexicanas y del pueblo de Guanajuato, de aquella gente que dale a comprar flores de alelíes y manzanilla para el altar a la Virgen de Dolores.
En Viernes de Dolores, todos buscan la casa donde lloró la Virgen, la tradición en Guanajuato es regalar un barquillo o un vasito de nieve, también un vaso de agua de betabel, que representan las lágrimas de la madre de Jesús.
La idea de venerar en la Plazuela de San Roque a La Dolorosa surgió de la mente del maestro Emilio Ortiz García para preservar las tradiciones de nuestros antepasados y para que las vivan las nuevas generaciones.