Uno de los principales papeles del Viacrucis viviente de San Sebastián es el de Cristo, el cual este año será personificado por dos personas, José Luis Jaime Salas el día de la Crucifixión y Víctor Alfonso Sánchez Aguirre en la representación de la Última Cena.
La razón principal es que Víctor aún está recuperándose de una fractura en el pie y no podrá realizar la presentación del Viacrucis, la cual requiere mayor esfuerzo físico al cargar una pesada cruz de madera.
A casi tres meses de distancia de su intensa preparación espiritual y física, los participantes en el Viacrusis en el templo de San Sebastián llevan a cabo sus últimos ensayos antes de la presentación que inicia el Jueves Santo para terminar con la crucifixión el Viernes Santo.
En San Sebastián es conocida la representación de la Pasión de Cristo y los propios feligreses se encargan de recrear los misterios dolorosos a través de una intensa preparación incluso desde meses antes, estudian la Biblia, realizan presentaciones en meditación y contemplación de los principales acontecimientos de la Pasión de Cristo.
El Jueves Santo se lleva a cabo el Lavatorio de Pies, la Última Cena y el Aprehendimiento de Jesús; el Viernes Santo realizan la representación de las Tres Caídas para concluir con la Crucifixión de Jesucristo.
A decir del coordinador de estos eventos religiosos desde hace 4 años en San Sebastián, Ángel Ernesto Arriaga Mejía, los feligreses que fueron seleccionados para la representación son los que destacan por su compromiso con la Iglesia Católica y el crecimiento espiritual que demostraron ante los demás.
“Espero que Dios me dé licencia para el próximo año poder personificarlo ambos días”, dijo Víctor Sánchez, de 23 años.
Las principales acciones de preparación para los hombres que habrán de representar a Jesús, aseguraron, son esencialmente espirituales y de estudio de la Biblia.
“Me confieso de 2 a 3 veces por semana, lo más importante es preparar el espíritu, hay que estudiar mucho la Biblia para aprenderse los diálogos, esa es la mayor preparación. Físicamente no es tanto”, expresó Víctor, feligrés que también representará a Cristo.
El vestuario corre por cuenta de cada creyente que participa, como muchos de ellos llevan años, así que no tienen que comprar el vestuario pero los que participan por primera vez, sí. En promedio gastan 500 pesos para el vestuario de cada personaje pero entre todos se ayudan para solventar los gastos.
“Hace tiempo me habían propuesto ser Cristo pero no estaba preparado, después de estudiar mucho me dio una gran admiración y devoción por Dios que este año decidí participar”, mencionó Víctor Sánchez.
En los ensayos se presta mucha atención también a los efectos especiales para darle un sentido más realista al Viacrucis, en palabras del encargado de los efectos, Armando Celayos: “Se flagela con un látigo de fomy para minimizar los golpes aunque eso no significa que no duelan, también se esparce sangre artificial para hacerlo más real”, agregó.