Para el policía Cisneros portar el uniforme es su vida y lo mejor que le ha pasado en la vida, dijo que lo usará hasta que se jubile o lo despidan de la corporación ya que no se ve en otro trabajo que no sea el de ayudar y salvaguardar la integridad de los
capitalinos.
Actualmente es policía raso, con ocho años de experiencia, entró a formar parte de la plantilla de Seguridad por necesidad pero con el tiempo le fue tomando cariño y ahora para él lo es todo.
Considera que las instalaciones de la Comandancia es su segunda casa, por el gran tiempo que pasa y la convivencia con compañeros.
Actualmente está en el área de celdas, donde ingresa a los detenidos y está al pendiente de ellos por si tienen que salir libres.
El ser preventivo le cambió la vida y más el tener trato directo con los detenidos, en una ocasión intentó cambiar de trabajo para obtener mayor ingreso monetario pero no le gustó y volvió a la corporación.
“La primera vez que me salí de la corporación tenía los grados de oficial y me fui a trabajar a las sprinter, buscando una mejor vida, conviví con mucha gente pero me di cuenta que no es el mismo trato que cuando platicaba con los detenidos, por lo que regrese”, explicó Cisneros.
Su familia desde un principio lo ha apoyado, incluso su hija está orgullosa de que su papá sea policía.
Su objetivo es lograr nuevamente los grados de oficial a base de trabajo, para el día que tenga que retirarse sea con
grados.
Le da mucha satisfacción saber que con palabras como “tranquilo, todo tiene solución, échenle ganas”, hay muchos detenidos que cuando salen libres y pasan por sus pertenencias con el juez calificador, le piden por favor que le den las gracias al policía Cisneros, por ayudarlos y tratar de darle ánimos en las celdas, por lo que estas acciones hacen que ame su
trabajo.
Policía de corazón
Para el agente Cisneros lo mejor que le ha pasado es portar el uniforme de la Policía.