En la localidad de Mineral del Cubo, situada a 2 mil 311 metros de altitud en la sierra, y a tan sólo seis kilómetros de la capital, habitan en promedio unas 500 personas, muchas de las cuales rigen su vida a un “ritual” diario de transporte que tiene sólo dos opciones: la de las 8:00  y la de las 6:00 de la tarde. 

A pesar de la corta distancia que hay entre ésta población y el núcleo poblacional de Guanajuato, los que no cuentan con un vehículo propio se han tenido que adaptar a este horario, el del único transporte público que conecta aquella parte “marginada” del municipio.

“No queda de otra, salimos muy temprano y nos regresamos hasta las 6:00”, dijo uno de los usuarios del servicio.

Según un reporte ciudadano realizado a la redacción de am Express, la situación ha ido a mayor, ya que “además de que nos tienen olvidados, a cada rato se descomponen los camiones, y nos dejan a medio camino, ya me a pasado”.

Y es que a pesar de su belleza típica, del valor histórico, y del interés turístico, la realidad es que al pueblo llega poca gente, debido a que el camino, dependiendo de la época del año, representa seis kilómetros de polvo, o de lodo fangoso que dificulta la tracción de los vehículos.

“Nadie quiere visitarnos, y los que llegan son bien poquitos, y luego pues no tenemos más corridas, si alguien no puede venir más que en el camión, tiene que venir muy temprano pasar todo el día aquí para poder regresar, no hay de otra, al menos que le guste caminar por el cerro”, externó. 

Al respecto, el ciudadano inconforme solicitó a las autoridades poner atención al servicio que se presta hacia las comunidades de aquella zona, ya que mucha gente desarrolla su actividades principales del día en la capital.

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