Cientos de personas acudieron a los templos de la capital para celebrar el Domingo de Ramos, evento que da inicio la Semana Santa.
En punto de las 7:00 de la mañana, los fieles creyentes acudieron a los templos para bendecir sus palmas, que según los evangelios, las palmas simboliza la entrada de Jesús a Jerusalén, cuando una multitud de personas recibía al mesías agitando ramos de olivo y palmas.
Para don Raúl Cruces, originario de Dolores Hidalgo, la elaboración de la palma representa una tarea titánica para él y para su familia, quienes desde un día previo al Domingo de Ramos, montaron guardia a las afueras del templo de Belén para ofrecer a los creyentes las figuras de la Virgen de Guadalupe y de Jesús Crucificado, imágenes enmarcadas en las hojas de la palma.
“Somos de Dolores pero nos venimos a Guanajuato para hacer aquí la venta porque hay más gente, estamos desde el sábado en la noche y no hemos dormido nada, aquí me ayuda mi familia pero es una día muy bueno para nosotros”, comentó.
Recordó que desde que era apenas un niño su padre le enseñó trabajar con la palma para plasmar las imágenes de Jesucristo y la Virgen, trabajo que dijo le ha dejado marcas en sus manos pues consideró es una actividad que le ha gastado la movilidad de sus muñecas aunque le enorgullece ver la retribución de su trabajo con bendiciones.
“A parte de ser una tradición es algo que mi padre nos ha inculcado y es algo muy bonito trabajar con la palma pero también con esto que hacemos aprendimos a desde chicos a trabajar para ganarnos la vida”, comentó.
Previo al Domingo de Ramos, don Raúl acompañado de sus hijos van a recolectar la palma a un pueblo cerca de San Luis de la Paz para poder empezar hacer los ramilletes con la hojas frescas.
Una multitude se acercaban a los diversos puestos que se encontraban en los alrededores del templo de Belén, para comprar las palmas que llevaría a bendecir para proteger sus hogares.
Los templos que mantenía el aroma de incienso y manzanilla, lucieron en todo momento abarrotados de miles de fieles católicos quien con la mano en alto levantaban sus palmas para que fueran bendecidas por el sacerdote.
Las palmas y ramos de olivo, según las creencias religiosas, simbolizan la bendición y protección de Dios.