En su conferencia sobre la historia de la Presa de la Olla y los orígenes de los tradicionales festejos de San Juan, el cronista de la ciudad, Eduardo Vidaurri Aréchiga recordó que este vaso de captación fue formalmente concluido en 1749, después de ocho años de trabajo.
En este 2018, la emblemática Presa que forma parte del rico patrimonio arquitectónico de Guanajuato cumple 269 años desde su formal conclusión, aunque se sabe que comenzó a operar dos años antes de que fuera terminada la obra civil, cuando se llenó por primera ocasión.
El Ayuntamiento de aquel tiempo, “sabiendo del grave problema del agua y estando a poco tiempo de recibir el título de ciudad”, celebró una sesión para decidir cómo enfrentar el desabastecimiento y poder recibir con dignidad la real etiqueta de la corona española.
“El proyecto consistía en construir una presa para el almacenamiento de agua potable en el predio denominado ‘La Olla Grande’”, escribió el doctor Vidaurri en el breviario sobre “Las Fiestas de San Juan y Presa de la Olla y la apertura”.
En aquellos lejanos años, fueron el regidor Alfonso García Malahebar y el alarife o maestro de obras Antonio Gordiano quienes hicieron la visita y el reconocimiento del terreno para definir la viabilidad de la obra, narró el Cronista durante la conferencia que ofreció en el salón Presidentes de la Presidencia Municipal de Guanajuato.
“La obra comenzó a realizarse en el año de 1741 y se prolongó hasta el de 1749, cuando fue formalmente concluida, sin embargo, la obra resultó insuficiente para abastecer a toda la población, fundamentalmente por la lejana ubicación que imponía diseñar un sistema eficiente de acarreo del vital líquido”, asentó.
Añadió que “ese año de 1741 fue significativo para Guanajuato porque fue el mismo en que se inició la construcción de la Presa de la Olla y también el año en que se le otorgó a la villa la elevación al rango de ciudad”.
Sobre la construcción de la Presa de la Olla, dijo, “podemos abundar que al menos la mitad de los gastos corrieron por cuenta de Don Vicente de Sardaneta y Legaspi, dueño en mayoría de la mina de San Juan de Rayas”.
Las Efemérides de Lucio Marmolejo, se sabe que “el calicanto de la cortina de la presa tenía una altura de unas tres o cuatro varas menos que en la actualidad” al momento de ser concluida (1749) “y que en toda su longitud existían, distribuidas, cinco medias columnas que soportaban otras tantas estatuas de cantería, probablemente de santos”.