La Universidad de Guanajuato encontró muros con 200 años de antigüedad en la casa que por por más de 30 años fue la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que está en proceso de convertirse en un museo.
El rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, destacó que por este motivo es que la obra ha demorado. El edificio se entregó en comodato a la institución en agosto de 2015, casi dos años después aún no concluye la obra.
“Vamos por etapas pero este año ya entraría en funcionamiento la primera etapa. ¿Qué ha sucedido con este bien?, se nos ha complicado por lo siguiente, al momento de hacer las reparaciones nos hemos encontrado con hallazgos importantes de más de 200 años”, señaló.
Puntualizó que la obra avanza lento porque se busca preservar al menos tres muros que datan del siglo XVIII y de los cuales ya se puso en conocimiento del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Para la adecuación del edificio inicialmente se habían previsto 12 millones de pesos, sin embargo, el presupuesto se ha tenido que ajustar a 18 millones de pesos, 10 millones aportados por la institución y 8 millones de pesos por parte del Secretaría de Cultura a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE).
El Museo de la Universidad de Guanajuato (MUG) estará ubicado en la calle Cantarranas enfrente del Teatro Principal en la zona de monumentos históricos de la ciudad de Guanajuato, lugar que por 30 años fue la clínica familiar del Seguro Social.
Se pretende que el Museo permita la exhibición de 400 pinturas gráficas y de caballete pertenecientes a los siglos XVII y XX, así como más de 200 objetos de cerámica prehispánica y aproximadamente 170 objetos instrumentos científicos del siglo XIX. Estas piezas actualmente se encuentran en el Museo de Mineralogía y en otros recintos universitarios como el Museo de Historia Natural Alfredo Dugès.
Tendrá tres niveles, en una superficie de aproximadamente mil metros cuadrados y contará con exposiciones fijas e itinerantes y en el patio se habilitará un área para conferencias y conciertos.
La terraza contará con un área verde, exposiciones al aire libre y una zona de descanso con vista a El Pípila y a los templos adyacentes para que el visitante pueda disfrutar de la imagen urbana de la ciudad.