León.- En los dos últimos años la violencia le robó la paz a los pueblos de Guanajuato.
En 2014 hubo 776 víctimas de homicidio en la entidad de acuerdo con cifras del INEGI y la tasa de homicidios era de 13.2 por cada cien mil habitantes.
Para 2015 fueron 949 víctimas y la tasa subió a 16.1. En 2016 la cifra llegó a 1,214 y la tasa a 20.6. Ese año se rompió la barrera de las mil víctimas y la violencia se disparó.
Se multiplican asesinatos
En 2017, los asesinatos se multiplicaron, las víctimas llegaron a 2,239, la tasa se disparó a 38 y en 2018 la situación empeoró y cerró con 3,234 casos y una tasa récord de 59 víctimas por cada 100 mil habitantes.
En los últimos años, si bien la mayor cantidad de asesinatos se concentraron en León, Celaya, Irapuato y Salamanca, muchos de los municipios más pequeños se contagiaron por la violencia.
Cerca de León, por ejemplo Silao, con 190 mil habitantes, y Purísima del Rincón, con casi 78 mil, fueron los afectados.
En otros municipios
En Silao, en 2014 hubo 28 víctimas de homidicio y para 2018 la cifra llegó a 160. En Purísima del Rincón de las dos víctimas de 2014 se llegó a 40 en el último año.
Cerca de Irapuato, los poblados donde más se disparó la violencia fueron Pueblo Nuevo, Pénjamo y Abasolo.
En Pueblo Nuevo, donde habitan unas 12 mil personas, en 2014 hubo una víctima de homicidio, para 2017 ya eran siete y al siguiente año fueron 19.
Zona sur
En Abasolo, con unas 89 mil personas, pasaron de tener tres víctimas en 2014 a 63 en 2018 y en Pénjamo, con sus 158 mil habitantes, el brinco fue de 35 asesinatos en 2014 a 162 el último año.
En la zona sur la violencia también creció.
En Salvatierra, con 100 mil habitantes, pasaron de 15 víctimas de homicidio en 2014 a 156 el año pasado.
Yuriria y Santiago Maravatío
La historia se repitió en los municipios vecinos. En Yuriria, con 75 mil habitantes, pasaron de 10 en 2014 a 118 en 2018 y en Tarimoro, con 37 mil personas, el brinco fue de seis en 2014 a 53 el último año.
Destaca también Santiago Maravatío, un poblado con poco menos de 7 mil habitantes donde casi nunca ocurrían asesinatos. En 2014 no se reportó ninguno, en 2015 y 2016 fueron tres por año. Pero en 2017 ocurrieron 12 y en 2018 fueron 27.
Entre Celaya y Salamanca, los municipios más afectados son Valle de Santiago, Cortazar, Villagrán, Jaral del Progreso y los Apaseos.
La violencia no termina
En Valle de Santiago, con unos 150 mil habitantes, de 14 víctimas de homicidio en 2014 llegaron a 112 en 2018. En Jaral del Progreso, con 39 mil personas, fueron tres asesinados en 2014 y 49 el año pasado.
En Cortazar, con 92 mil habitantes, la cifra creció de 22 en 2014 a 122 en 2018. En Villagrán, donde viven 60 mil pesonas, el incremento fue menos drástico, de 10 muertes registradas en 2014, cerraron con 36 en 2018.
En Apaseo el Grande, con 93 mil pobladores, sí fue muy notorio el aumento de la inseguridad. De 10 víctimas en 2014, terminaron el 2018 con 114.
Y en Apaseo el Alto, con 64 mil personas, pasaron de tener cinco víctimas de homicidio en 2014 a terminar 2018 con 86.