Celaya.- Ya pasó un año desde la desaparición de una familia en la colonia Valle de los Naranjos, de quienes sigue sin conocerse su paradero, y que derivado de este hecho, se localizaron fosas clandestinas, de las que de forma extraoficial, se sabe contenían cerca de 100 cadáveres.
Luego de que fuera un fenómeno mediático que alcanzó fronteras internacionales, la familia prefirió ya no hablar al respecto de lo ocurrido, mientras tanto saben que ellos no van a regresar con vida y prefieren seguir su duelo en silencio.
Los recuerdan con misa
Conforme a su fe, el domingo se realizó una misa para pedir que sus familiares encuentren la paz, así como los padres, hijos, hermanos y amigos de todos los desaparecidos, que obtengan consuelo al acercarse a Dios.
“El domingo se llevó a cabo una misa por un año de su desaparición, actualmente ya no nos han dicho nada del caso, también por seguridad preferimos no mencionar nada, todos en la familia tenemos miedo”, señaló un familiar.
Luis Eduardo Escogido Navarro (primo de Gustavo Ángel), de 20 años, vestía camisa polo color gris, pantalón de vestir azul y tenis y Brian Ortíz Cervantes, de 18 años, también amigo de Luis Eduardo.
Dijo que hasta septiembre del año pasado todavía tuvieron contacto con la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), pero a la fecha sólo les han dado largas para los resultados de la investigación.
Pese a que la carpeta de investigación continúa abierta, las últimas veces les dijeron que ya no tuvieran esperanzas de localizarlos con vida, ya que la camioneta fue encontrada de forma posterior en la comunidad Santa Rosas de Lima, en Villagrán.
“En pocas palabras nos dijeron que ya no esperáramos encontrarlos vivos, ya no han dicho nada de la investigación y a pesar de que se metió la Marina hace poco a Santa Rosa, no nos han dicho si han localizado sus cuerpos”, señaló el familiar.
Sin dejar huella
Todo inició el sábado 28 de abril de 2018, luego de un festejo de cumpleaños en un domicilio en la colonia Valle de los Naranjos, el cual se prolongó hasta la madrugada del domingo.
Fueron por la mañana que las hijas de la pareja denunciaron la desaparición del matrimonio conformado por Julio César Bustos Alemán, de 44 años y Yolanda Escogido Navarro, de 46, además de su hijo Gustavo Ángel, de 18 años y su primo Luis Eduardo, de 20 años.
Así mismo ya no fueron localizados dos amigos de Luis Eduardo, identificados como Martín Alejandro Rosas Mendoza, de 18 años y Brian Ortíz Cervantes, de 18 años. Mientras del lugar reportaron que faltaba una camioneta Ford Explorer y una pantalla.
Fosa clandestina
Tras una serie de investigaciones, el 4 de mayo de 2018, elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) obtuvieron una orden de cateo en un predio de Santa Rosa de Lima, en donde localizaron la camioneta de la familia desaparecida, así mismo detuvieron a una persona.
Gustavo Ángel Bustos Escogido (hijo de Julio y Yolanda), de 18 años, traía sudadera azul con gris, pantalón de mezclilla y tenis y Martín Alejandro Rosas Mendoza (amigo de Luis Eduardo), de 18 años.
Tras ser interrogado el sospechoso, condujo a los elementos a una zona despoblada a unos cinco kilómetros de distancia cerca de la comunidad de Los Ángeles, en donde les indicó que existía una fosa clandestina con decenas de cuerpos.
Fue horas más tarde que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó a medios de comunicación de la localización de la familia desaparecida, aunque tras no ser identificados por las personas cercanas y las pruebas de ADN no arrojaran datos positivos, se tuvieron que retractar.
En ese momento se informó de la localización de varios cadáveres en avanzado estado de descomposición y fragmentos de hueso, ropas y diversos artículos personales; días más tarde se supo que cuatro de los cuerpos fueron identificados mediante perfiles genéticos.
Aunque el procurador Carlos Zamarripa Aguirre nunca precisó la cantidad de cuerpos encontrados en la fosa clandestina, se supo de forma extraoficial que se encontraron un aproximado de 90 cadáveres, 45 de ellos fueron trasladados a San Miguel de Allende y los demás a Celaya.
También el ahora Fiscal negó la existencia de más fosas. Se sabe de una que fue encontrada cerca de la carretera Panamericana y camino a Torrecillas en el municipio de Cortazar, y otra en San Antonio de Morales, en Juventino Rosas, en donde también hubo varios cuerpos enterrados.
Pese a que se buscó a la Fiscalía General de Justicia del Estado, no hubo respuesta a fin de que se dieran a conocer mayores detalles o avances en torno a la investigación, la cual se ha mantenido sin novedad en los últimos meses.
