Ante las declaraciones del presidente Donald Trump a una imposición deliberada de aranceles gradualmente aplicables, el titular de la Cofoce sugiere poner en marcha tres recomendaciones para los empresarios.

No te preocupes, hay que ocuparse. El ser reactivos en lugar de predictivos es lo que ha llevado a nuestro país a actuar por impulso, en lugar de forma estratégica ante amenazas de este tipo. A lo largo de la historia comercial entre EEUU y México, si analizamos el contexto en general, hoy tememos el “sartén por el mango”, las condiciones están puestas para seguir creciendo pese a este tipo de amenazas y pese incluso a que se conviertan en una realidad.

Para muestra basta poner un par de ejemplos en los que podemos “ocuparnos” de forma inmediata en lugar de preocuparnos: eficientar la logística de exportación que hoy representa para nuestro país entre un 15 y un 25% de sobrecostos, implementar métodos de costeos más eficientes que nos permitan mejorar nuestro precio de exportación de forma inmediata (método de costeo directos y costeo variable aplicado al precio de exportación), y en el corto plazo, brincar a la venta a través de canales digitales que nos permitan llegar al consumidor final sin pasar por tantos intermediarios, quienes pulverizan el margen de utilidad para el exportador y encarecen el precio al consumidor final, en la mayor parte de los casos.

Y qué decir de la oferta de valor que podemos ofrecer al consumidor final, mejorando la experiencia de usuario y llegando a nuevos nichos de mercado “poco o nulamente explotados”, como el mercado de alimentos orgánicos, veganos, los gamers, etc. Las opciones y alternativas son innumerables y aplicables a muchísimos sectores e industrias.

La segunda recomendación que realizó es preguntarse si ¿eres diferente o barato?

Esta pregunta implica un cambio de paradigma total en la forma en que México ha competido en las últimas décadas en el mundo, y la manera en la que debemos comenzar a hacerlo en la actualidad; la guerra por los precios bajos la perdimos como país hace ya muchos años, y seguir empeñados en competir por precio es una forma muy “lineal”

Apuntó que se deben replantearse su modelo de negocio, “el mercado al que nos dirigimos y sobretodo, el valor agregado que le imprimimos a nuestros productos a través de la diferenciación y experiencia de usuario, y no solamente basados en buscar ser los más baratos.

Todo esto implica un cambio de paradigma sobre la forma en la que competiremos en las décadas subsecuentes, la forma en que deberemos hacerlo basándonos en la competitividad y valor agregado, hay que dejar de empeñarnos en seguir ofertando “mano de obra barata” y productos con muy bajo valor agregado.

Y por último, nunca midas la profundidad del río con los dos pies adentro de Warren Buffette.

La identificación de nuevos nichos de mercado, así como de nuevos destinos de exportación tales como China, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Japón o la Unión Europea, representan un potencial enorme de crecimiento para una oferta exportable basada en DIFERENCIACIÓN y no meramente en PRECIO; es indudable que en EE UU tenemos un mercado potencial enorme aún por conquistar, pero a la par, deberemos ser capaces de llegar a nuevos mercados de alto valor como los previamente descritos”.

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