La reluciente sala de espera en el área de urgencias del Hospital General de León luce casi vacía, mientras que afuera de sus puertas varios de los familiares se las tienen que ingeniar para esperar noticias de sus enfermos.
Al igual que al antiguas instalaciones del nosocomio que se ubicaban en la calle 20 de enero, las sillas plegables y cartones son de los recursos usados para aguantar las inclemencias del clima a las afueras del inmueble.
Durante la visita de am, este sábado al mediodía se observó que en la sala hay bancas suficientes para al menos 40 personas, pero apenas había 7 que ocupaban asientos. Mientras tanto en las puertas de esta área, el personal de seguridad condiciona el acceso.
“Me dicen que hasta que salga mi esposo y me dé el pase a mi me pueden dejar entrar al baño”, comentó Araceli, mientras se terminaba de lavar las manos con una botella de agua en el estacionamiento de urgencias.
La madre de familia llevaba varias horas en el lugar a la espera de las noticias de mejoría de su hijo, un operador de Uber que había sido asaltado y navajeado durante la madrugada.
A unos metros de ella, estaba también María Eva, quien hizo casi una hora y media de camino desde su comunidad en la zona de sierra al norte para llevar a su hija, para que fuera atendida por su embarazo.
“De por si tardamos mucho en llegar, porque no nos sabían dar razón de donde está el hospital y pues ahora solo dejan esta a alguien adentro y uno tiene que esperar aquí”, platicó la mujer, mientras intentaba descansar recargada en un poste.
La Secretaria de Salud señaló que las restricciones de acceso se establecen por disposiciones de normas internacionales para evitar los contagios por parte de los enfermos que pudieran ingresar hacia personas sanas que están en el lugar.
Sin embargo, a diferencia del hospital antiguo en la 20 de enero, afuera del área de urgencias no hay ningún espacios con bancas, jardineras o baños públicos para los usuarios que esperan afuera.