Guanajuato capital.- Miles de capitalinos movidos por la fe y la fiesta se reunieron en el cerro de La Bufa para mantener viva la tradicional Día de la Cueva, en honor a San Ignacio de Loyola, que se celebra desde hace 403 años.

Fieles católicos subieron hasta el cerro de La Bufa.

Desde hace 3 años, Rosa María Manríquez Mares junto con su familia alista sus cosas para acampar un día antes y así pasar el día acompañada de sus hijo, sus sobrinos y los nietos que desde hace más de 30 años suben a escuchar la misa que se ofrece a los pies del cerro. 

Reuniendo a los fieles católicos que se esfuerzan en su camino a la cúspide del cerro, bajo sus rayos, el Sol que es fiel testigo de las peripecias que los capitalinos pasan para surcar empinados barrancos de roca y así cumplir la tradición que ha pasado de generación en generación. 

Familias han pasado la tradición de generación en generación.

También Guadalupe Porras y su esposa Beatriz Vallejo Miranda son fieles defensores de las tradiciones de Guanajuato y desde tempranas horas cumplen con la obligada travesía de llegar a lo alto de Los Picachos y bajar a tiempo para apartar un buen lugar a la sombra de un árbol para cocinar una carne asada en compañía de sus más de 30 familiares que viene de Tula, Guadalajara, León y otras parte del país.

El festejo consiste en un clásico paseo familiar o con amistades en donde la gente se da cita en la explanada conocida como El Hormiguero para pasar ahí el día en honor a San Ignacio de Loyola o emprender la caminata hacia la cueva.

En el marco de los festejos, el gobierno del alcalde Alejandro Navarro presidió la verbena popular en las faldas de La Bufa, con un récord en asistencia que superó el tope de las 15 mil personas, donde se obsequiaron chalupitas, flautas tostadas y guacamayas, entre otras delicias de la gastronomía guanajuatense. 
 

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