León.- Los miles de automovilistas que cruzan a diario por la ciudad, tienen que sortear cientos de baches que hay en los principales accesos.
Esto, además de grietas, deformaciones de la carpeta asfáltica y alcantarillas en desnivel, son algunas de las pruebas a las que se enfrentan los conductores.
Las vialidades para ingresar o salir de León, en el caso de Manuel Doblado es a través de la avenida Juárez; para Cuerámaro es Hermanos Aldama; para San Felipe es el bulevar Hidalgo; Juan José Torres Landa para San Francisco del Rincón; bulevar Aeropuerto y Eje Metropolitano para Silao; y Paseo de Insurgentes para Lagos de Moreno.
Pero en varios de estos tramos, las dificultades para los automovilistas son evidentes, en especial el paso por el Puente la Herradura en el acceso desde Silao, y el puente del cruce de bulevar Hidalgo con José María Morelos al llegar desde San Felipe, muestran un deterioro considerable.
Sin embargo, no hay programadas acciones de mantenimiento mayor para dichas vialidades.
Durante el segundo informe de gobierno de Héctor López Santillana de su primer periodo como alcalde en 2017, destacó una inversión de más de 59 millones de pesos para rehabilitar los principales accesos de la ciudad.
Con una inversión de 59 millones 900 mil pesos y como parte del Programa de “400 Obras Más que Mejoran Tu Vida”, arrancamos y está en proceso el mejoramiento y dignificación de la imagen urbana de todos los accesos principales a nuestro Municipio”, dijo en ese momento.
AM recorrió dichos accesos para constatar sus condiciones y en el caso de la avenida Juárez, Juan José Torres Landa, Eje Metropolitano y Paseo de los Insurgentes, las condiciones no generan dificultades a conductores.
Particularmente en el acceso desde Lagos de Moreno, a escasos metros de la señal que da la bienvenida a los conductores, solo un bache hace que cambien de carril aquellos que ya conocen la carretera, y a los incautos que pocas veces circulan por ahí, les hace pasar un mal momento.
Empieza a deteriorarse
Entre 2016 y 2017 se realizaron dos etapas de rehabilitación en el bulevar Hermanos Aldama, para las que el gobierno estatal aplicó primero 23 millones de pesos y después otros 19.7 millones de pesos.
Pero dos años y seis meses después de que se concluyeran estos trabajos ya es notoria la aparición de grietas, surcos, baches, y desniveles de las tapas de alcantarillas en algunas zonas, sobre todo en los carriles que van desde las afueras del Poder Judicial del Estado en las oficinas conocidas como Prevención Social, hasta el paso a desnivel del cruce con Timoteo Lozano.
Puente en decadencia
Al llegar desde San Felipe a través del bulevar Hidalgo, una gran cantidad de los vehículos pasa por arriba del puente del cruce de José María Morelos.
Se trata de una edificación con casi tres décadas de operar, y que ahora muestra una notoria cantidad de imperfecciones en su asfalto, además del deterioro en camellones y pintura.
Además, las escaleras que se supone sirven para el paso de peatones y que ahora están casi en desuso, más bien sirven para alojar a personas en situación de calle.
Bienvenida entre baches
A través del bulevar Aeropuerto circulan cerca de 200 mil automotores a diario, y la gran mayoría debe pasar por el Puente La Herradura, ubicado al extremo oriente de esta vialidad, a unos metros del Puente del Milenio.
Pero el paso por la parte alta de este puente es una difícil bienvenida o despedida para quienes circulan por ahí, pues el deterioro es notorio entre la gran cantidad de baches en un tramo de caso 350 metros de los que ningún vehículo se libra.
En este segmento son evidentes las aplicaciones de material para tapar las imperfecciones, lo cual también se deforma y termina por ser parte de las imperfecciones que a bordo de los vehículos son resentidas.
Sin planes de mantenimiento mayor
La Dirección de Obra Pública Municipal confirmó que no hay programados trabajos de mantenimiento profundo ni para el Puente la Herradura, ni para el de Hidalgo con Morelos y tampoco para Hermanos Aldama.
Las tres vialidades están contempladas en el programa de mantenimiento y bacheo que se aplica cada año y para el cual se usan 10 millones de pesos para todas las calles a tratar, especialmente en la temporada de lluvias, cuando más daños se generan en la zona urbana.