Celaya.- En Celaya no se durmió con miedo, sino con pánico. Sus calles ayer por la tarde y noche eran las de un pueblo fantasma que sólo unos cuántos recorrían de prisa, temerosos de quedar en medio de otro enfrentamiento a balazos.

La balacera de 15 minutos de la madrugada en avenida Torres Landa fue el comienzo, muchos en la zona norponiente fueron despertados y ya no pudieron dormir.

Todo el día se especuló que el ataque en el que dos policías y un elemento de la Guardia Nacional resultaron heridos se debía a la detención de un líder criminal.

Poco después de las 2 de la tarde, delincuentes quemaron al menos 17 vehículos y bloquearon vialidades en diferentes puntos de Celaya y sus alrededores, también se desataron más rumores que a su vez encendieron el pánico.

Instituciones de educación superior suspendieron sus actividades a partir de las 5 de la tarde, en Whatsapp y Facebook corrió el rumor de que habría ataques a población civil y las calles comenzaron a vaciarse.

Los entrenamientos deportivos vespertinos y actividades lúdicas y artísticas de niños y jóvenes comenzaron a ser canceladas “por seguridad”.

Por seguridad, dadas los acontecimientos que vive Celaya, suspendemos el entrenamiento, esperamos vernos mañana, cuídense mucho”, eran los mensajes que circulaban en redes para avisar de las cancelaciones.

Antes de las 7 de la tarde negocios en diferentes zonas de la ciudad comenzaron a cerrar, más temprano de lo habitual.

Desde Costco hasta infinidad de pequeños comercios bajaron sus cortinas.

Las zonas de bares y restaurantes en Las Fuentes y la Alameda lucieron desiertas y los operativos de militares abundan.

Los celayenses se encerraron temprano, pero no fue fácil conciliar el sueño. En la mente y el espíritu ronda la incertidumbre del futuro, de la paz robada y de la indefensión en que dejan unas autoridades que no salen a dar la cara y explicar qué está pasando.

Ni el secretario de Seguridad, Miguel Ángel Simental, ni la alcaldesa Elvira Paniagua, ni el gobernador Diego Sinhué Rodríguez o alguna autoridad federal, salieron a explicar, desmentir rumores o dar un mensaje de unidad o esperanza.

Pese a vivir un día tan aciago, en el que se esperaba que una “gran detención” hubiera justificado tanta violencia, por Twitter el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Ayala, aclaró que ningún líder de la delincuencia organizada había sido detenido y que seguirán trabajando.

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