León, Guanajuato.- Al pie de carreteras o en el calor del hogar, los leoneses honraron a sus difuntos con la tradición de altares para recibir a sus amigos y familiares fallecidos en este Día de Muertos.
No solo los patios y salas de los hogares leoneses son el sitio para los tradicionales altares, sino también en las carreteras hay estas muestras de cariño y recuerdos que cada año surgen.
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Recuerdan su memoria a 22 años
Al pie de la carretera que va de León a Manuel Doblado, cerca de una de sus primeras curvas, unas flores de cempasúchil adornan un nicho recién pintado de blanco y solo falta retocar las letras que anuncian a quién se recuerda con ese monumento póstumo.
“Alejandro RR 18 – marzo -99” retocó Eduardo en parte de arriba del nicho, en ese sitio fue donde encontraron el cuerpo sin vida de quien fuera su amigo.
“Él tenía unos 21 años y yo como 9, era mi amigo, lo conocí trabajando en la central de abastos. Se volcó aquí, venía de ver a su novia. Era muy de familia, muy sonriente” recordó Eduardo mientras hacía los retoques en el nicho que adornó con flores e imágenes religiosas.
Han pasado más de 22 años, pero el cariño por su amigo persiste.
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50 años de tradición familiar
Al otro lado de la ciudad, en Ciudad Aurora, Verónica Medina y su hermana Carmela siguen la tradición que inició su madre hace 50 años para poner su altar.
“Cuando ya estaba estaba enferma la senté en el patio y le pregunté si yo podía hacer el altar de muertos, y me dijo “sí hazlo, pero si lo vas a hacer hazlo como debe de ser”, y lo hice, pero a los 15 días falleció y yo decidí seguir con la tradición”, comentó Verónica.
La mamá de Verónica empezó poniendo el altar para su padre y otros familiares, pero luego cuatro de sus hijos fallecieron y ahora son parte de este altar que es visitado por vecinos de la zona y es el orgullo de Verónica y Carmelita.
Pero sobre todo es un sitio de respeto y nostalgia ante las fotos de sus padres Lupita y Cruz, así como sus hermanos Maribel, Alfredo, Rafael y Carlos, además de su sobrino Jonathan.
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Cada uno de ellos tiene su fotografía y su veladora entre los antojitos favoritos de cada uno, flores de cempasúchil, papel picado y referencias a la lucha libre y el Club León, dos aficiones que tenían en común.
MCMH