Guanajuato.- Hace 2 meses que Saira Balderas no puede visitar a su recluso en el Centro de Readaptación Social de León, debido a las restricciones de acceso por no tener la vacuna contra COVID.

Tampoco puede viajar a Estados Unidos pues está en trámite su renovación de visa y en pocas semanas debe ir para arreglar una situación familiar.

Ella, de 37 años, es la única de su familia que no tiene las dosis que le correspondían de AstraZeneca

“En lo personal no creo mucho en la enfermedad, claro que existe, pero desde el inicio nos contagiaron con la gravedad del asunto y claro que me cuido, pero no me gustó que la impusieran”, sostuvo en entrevista con AM

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En su casa no hay registro de familiares cercanos que hayan tenido la enfermedad, al menos no de manera grave.

Saira se describe de espíritu libre, respondona en situaciones que lo ameriten y siempre con tenacidad en situaciones difíciles, su decisión de no vacunarse ya comenzó a afectar, no en la salud, pero sí en la “tramitología de adulto”, señala. 

“Pasaron las fechas en las que me tocó, pero no asistí, fue pura desidia por ir, mis papás sí se la pusieron y he recibido llamadas de atención de mis familiares, pero yo no quería”, explica. 
Incluso entre las recomendaciones de sus amigos y cercanos la condición de su sobrepeso fue uno de los factores que más le señalaron para blindarse ante el COVID

Fue hasta hace dos meses que comenzaron los problemas, primero por su viaje, luego por no poder entrar al Cereso

“En los accesos te pedían los certificados de vacuna y como no me la puse no me dejaron entrar, tengo que buscar ahora con urgencia donde aplicar y pues ahora será la Sputnik V que es la que ponen a los más rezagados como yo”, explica vía telefónica. 

“Sí me da coraje porque nos obligan al final a ponerla, dicen que no es obligatorio pero al final forma parte de un trámite el tener las vacunas que te piden y que si no lo tienes no puedes hacer cosas”, lanzó. 

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“Terminé por preguntar en Facebook y recibí muchos comentarios negativos, supongo que así será, pero ahora me la voy a poner”, finalizó la mujer quien espera antes del 14 de febrero tener al menos una dosis de la vacuna.

Le niegan vacuna por no tener INE

Alberto Pérez tiene un taller mecánico y de hojalatería, el día que asistió a ponerse la vacuna no lo aceptaron pues le faltaba su INE y los Servidores de la Nación le negaron el acceso al punto de vacunación cuando llegó para aplicársela. 

En la oficina del Instituto Nacional Electoral de la colonia Arbide le dijeron que tardarían varias semanas en renovarla, por lo que perdió ambas oportunidades para vacunarse. 

“Fue un poco de desidia, pero llevaba los otros documentos, no me los aceptaron y me trataron muy mal en los puntos”, explicó. 

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Debido al retraso de las oficinas oficiales para poder sacar sus documentos, como un acta de nacimiento en el Registro Civil, la pérdida de tiempo es su excusa. 

“Muchos de estos trámites me quitan tiempo que para mí es valioso, tengo que sacar dinero para mi familia y si no trabajo un día es pérdida, sé que debo vacunarme”, dijo. 

Tras varios regaños de sus hijos y la nula oportunidad de ponerse el refuerzo en León porque no tiene las otras dosis, espera poder vacunarse sin importar la farmacéutica. 

Confía en “jugoterapia” contra COVID

Ma. Ofelia Cortés asegura que no se ha enfermado de COVID-19 en los casi dos años que está por cumplir la pandemia gracias a que todos los días se toma un “escorpionazo”: una bebida formada por el jugo de 7 limones, 3 dientes de ajo grandes, un cuarto de cebolla morada, una pizca de perejil, un poco de sal y chile piquín. Todo esto, molido sin colar. 

La mujer contó que la receta, que toma religiosamente desde hace años, mucho antes de que apareciera la pandemia, se la recomendó en una “jugoterapia” José Caldera, dedicado a los productos naturistas para fortalecer su sistema inmunológico. Además de beber mucha agua. 

“El nos aconseja que no nos vacunemos. No me he vacunado ni me pienso vacunar. Prefiero las cosas naturales. Siento que es de aquí, o sea mi fe en Dios (la razón de no enfermarse)”, afirma sin ningún asomo de duda o preocupación esta mujer de 51 años que es comerciante de piel en la Central Camionera y vive en la Colonia Piletas Cuarta Sección, en entrevista con AM.

“Las vacunas son experimentales”

En Guanajuato capital existen personas que no se han vacunado, sobre todo porque consideran que las vacunas anti COVID son experimentos. Otros respetan esas decisiones, pero viven con temor por los que no se inmunizan.

“En casa hay personas adultas mayores, profesionistas y jóvenes que no se quieren vacunar. El que es Ingeniero no se quiere vacunar porque cree que es una cuestión del gobierno que tiene como finalidad realizar experimentos para controlar a la gente, cree que si se vacuna se puede morir”, señaló el ciudadano Tonatiuh González de Haro.

“En la casa hay otra persona de 40 años, es licenciado, y tampoco se quiere vacunar, cree que es una pandemia como todas las que habido en el transcurso del historia como cuando fue el sarampión y también como fue la viruela y dice que solas van a desaparecer.

“Hay otro adulto mayor que tiene azúcar, y también dice que si lo vacunan lo van a matar. Yo ya me vacuné, pero en mi casa hay tres que no se quieren vacunar y aunque yo me cuido, me da miedo contagiarme porque puedo contagiar a los de mi casa, es una cadena, unos están vacunados y otros no”, añadió el señor.

Gerardo Martínez, otro vecino de Guanajuato capital, asegura que no tiene caso vacunarse.

“Yo no me vacuno porque las vacunas son experimentales, es lo que he leído en medios internacionales, la vacuna es experimental, no te garantiza nada, además presenta reacciones diferentes en cada cuerpo.

“No quiero parecer ignorante, pero siento que sí hay algo atrás de las vacunas porque gente que yo conozco ha tenido dos o tres vacunas y se muere. Las vacunas no te garantizan que no te va a pasar nada, te dicen que si te vacunas va ser menos el efecto de la enfermedad, pero yo he visto gente que se pone mal, eso no te garantiza que si te vacunas no te vas a morir”, dijo.

Los malos ejemplos, aunque aderezados con leyendas, también hacen su parte. 

“En el caso de Novak Djokovic, el tenista, él no se quiere vacunar, acaban de sacar a la luz pública que el dueño del 80% de las acciones de una farmacéutica que está investigando el COVID y no se quiere vacunar.

“Hay varios deportistas que no se quieren vacunar, porque dicen que las vacunas son experimentales, esto también nos pone a pensar que efectivamente hay algo detrás de las vacunas, por esa razón en lo personal no me quiero vacunar”, indicó Francisco Hernández.

A Miguel López le lastima que lo cuestionen por no vacunarse.

“Yo no me he vacunado, pero no quiero que sepan quien soy, porque la gente lo primero que hace es que te ofende, dicen que eres un pend… ignorante y hay otra gente que te discrimina, cuando saben que no te has vacunado, no quiere que estés junto de ellas.

“Esto porque tiene la falsa creencia que tú la vas a contagiar. Ahorita estamos viendo que aunque ya hay mucha gente vacunada, es la etapa más alta de contagios, entonces uno duda de que la vacuna sirva, eso no me da confianza”, indicó.

“Nada nos comprueba que resulte efectiva”

Javier Villanueva vive en Purísima del Rincón y es otra de las personas que están también en contra de las vacunas contra el coronavirus que se han aplicado desde el año pasado en Guanajuato.

“Tengo 68 años y toda mi familia contamos con un médico conocido que está muy bien informado de la vacuna e independientemente de eso ya nosotros hemos vivido de cerca que gente que aun estando vacunada ha fallecido o tiene todos los síntomas”, explicó.

El señor Javier asegura que no hay pruebas de que las vacunas sirvan.

“En razón que tengo, no hay nada científicamente aprobado para decir que la vacuna es efectiva para la enfermedad”. 

“Esa es una, la otra es que nosotros estamos informados a través de la página Médicos por la Verdad, en donde un grupo de médicos informados refieren que la vacuna no tiene ningún efecto positivo para prevenir la enfermedad; mi familia y yo no estamos seguros de que sea efectiva”, añadió el señor .

“Ahora hay otra cosa, nosotros estamos tomando un producto que oxigena la sangre, el CDS, un producto que a las farmacéuticas no les conviene que se venda; hasta el momento nosotros no nos hemos enfermando”, resaltó.

Tampoco los cubrebocas lo convencen.

“Además, el cubrebocas no sirve para nada, pues el virus es muy pequeño que traspasa la tela, pero seguimos las normas en los establecimientos y centros comerciales”, dijo el señor Villanueva, quien en su momento tuvo los síntomas, pero asegura que no pasó a mayores.

MCMH

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