En su juventud Fátima Melchor Márquez empezó a soñar con ser doctora y salvar vidas, pero los convencionalismos y acoso llegaron a aparecer en su camino, pero se sobrepuso para realizar su sueño profesional, al grado de llegar a ser la cara del combate con la COVID, pero además convertirse en madre, todo en medio de la pandemia.
Cuando era una adolescente ella decidió que tomaría el camino de la medina.
Me inspiraron estas series de televisión de salas de emergencia y los doctores, me fascinaba ver esos programas y desde entonces me llamó la atención”, narró Melchor Márquez en entrevista con Periódico AM.
Aunque en aquellas ficciones, y en la realidad de ese entonces, las mujeres tenían roles como “enfermeras, auxiliares o administrativas” en los hospitales.
También aparecieron los convencionalismos sobre ese trabajo.
Como mujer me enfrenté obstáculos, más de alguna persona o hasta familiares me decían: esas con cosas de hombres, no son carreras para mujeres” y desde ahí te empiezas a enfrentar con diferentes cosas”, explicó.
“Vengo de una familia con esas cuestiones muy arraigadas de: ¿para qué estudias?, te vas a casar, te toca el rol de mamá y cosas así (…) Ni me he casado (risas), ya soy mamá bendito sea Dios y aquí estoy sacando adelante mi carrera”.
Sin embargo, Fátima Melchor también sufrió acoso, pero con todo y eso logró hacerle frente a la situación.
En las guardias, en los hospitales, en las clínicas, en el Centro de Salud, cuando estás en el servicio social, que a lo mejor hace desistir a veces a las mujeres. Pero hay que buscarle el cómo salir de eso, cómo enfrentarlo, cómo encararlo para que no te perjudique”.
La convicción fue mayor, y después del estudio en las aulas de la Universidad Quetzalcóatl de Irapuato, hizo su internado en el Hospital General de León, y eso le hizo tener presente la importancia de la profesión, después pasó a las áreas administrativas y desde 2015 fue jefa de epidemiología, pero siguió en el consultorio privado.
En su cargo tuvo que afrontar la crisis de casos de Dengue que hubo en 2019, pero luego con la llegada de la pandemia de COVID a Guanajuato, la responsabilidad fue mucho mayor, las condiciones de la enfermedad le hicieron dejar de dar consultas privadas.
Comienza a extenderse el COVID y ella recibe la noticia de que será mamá
Mientras la pandemia comenzaba a esparcirse desde Asia, ella se enteró que sería madre, una ilusión que tenía y decidió mantener pese al riesgo que había con aquella nueva enfermedad que podría llegar a México.
El coronavirus llegó y siguió su embarazo desde casa trabajando casi 12 horas.
En la computadora, una reunión, otra, informes, estadísticas, entrevistas incluso, algo complicado”, recordó.
Cuando estaba cerca de dar a luz, finalmente dejó sus labores por recomendación de sus jefes, “quizá porque me vieron muy cansada, ojerosa, pero sí fueron muy conscientes en eso y me pidieron ya concentrarme en mi embarazo”.
Pero unos meses después al retomar sus labores habituales en el departamento de Epidemiología, tuvo que encabezar las ruedas de prensa en las que se informaba cada semana la situación de la pandemia en Guanajuato.
Recordó la primera vez que tuvo que dar el informe sobre la pandemia: “En un inicio te comen los nervios y tiene uno la percepción de que los mismos medios te comen o te atacan, cuando es lo contrario. No como tal me rehusaba porque era parte de mi chamba, pero no dejaba de decir “ay no, que miedo, ¿por qué yo?” y poco a poco vas agarrando la experiencia”, explicó.
La gran demanda de trabajo la ha hecho pensar momentáneamente en renunciar
Su labor no ha sido nada sencilla, “la verdad es que más de alguna vez he querido tirar la toalla hablando del puesto actual, demanda mucho tiempo, demanda mucha dedicación. Le he comentado a mi jefe que antes de ser mamá no tenía otra cosa a que dedicarme y no me importaba estar dedicando 24 horas a esto es lo que me apasiona”.
Pero equilibrar su papel como profesional y como madre le ha hecho sentirse satisfecha después de este camino.
Por eso aconsejó a las mujeres: “no desistan, es difícil, sí, pero no hay que hablar solo de eso, sino de la satisfacción que tienes al final del día. No es lo mismo decir: hoy me quiero comprar esto, ah no me quisieron dar, no le ajusta para darme, es bien padre ser autosuficiente”.
Reconoce a las mujeres que denuncian acoso
También reconoció a las mujeres que han alzado la voz para denunciar casos de acoso.
En algún momento lo viví y fui de las que lo callé, entonces aplaudo el valor de estas mujeres por hablarlo, porque solo así podemos seguir avanzando”.
Fátima llamó a las mujeres para abrirse camino y sobre todo para apoyarse entre ellas.
PCCD