Guanajuato.- Axel Leonel Calvillo Mojica tiene 3 años 9 meses y es el primogénito de la señora Brenda Mojica y Eduardo Calvillo, una familia originaria de San Felipe Torres Mochas que atravesó por una amarga experiencia, ya que el pequeño sufrió los estragos del COVID.

Fue el 27 de diciembre del año pasado cuando el pequeño Axel empezó con síntomas de fiebre, lo que para los padres no representó algo fuera de lo normal, hasta que la fiebre le duró días y llegó hasta 39.2 grados.

“Al principio no me alarme tanto y le di en ese momento Motrín y se le pasó, posteriormente mi esposo comenzó con síntomas de Covid a principios de este año, de hecho para el Día de Reyes traía malestares, pero solo fueron cuatro días que se sintió mal”.

La madre cuenta que la vida continuó normal, ya que incluso el niño Axel regresaba al preescolar el 10 de enero. En la primera semana todo transcurrió bien, pero a la mitad de la siguiente, la maestra le marcó y le comentó que el niño tenía mucha fiebre.

“Cuando fui por él, le di nuevamente medicamento para la fiebre y le chequé su boquita, porque le suelen salir muchos granitos, y afortunadamente no tenía ningún otro síntoma más que la fiebre, pero la maestra me dijo que no lo llevara al kínder por si llegase a ser Covid“.

Axel tuvo también fuertes dolores de espalda, “la fiebre se le iba y le regresaba, le poníamos lienzos mojados, lo metimos en bañera, porque en las noches era cuando le atacaba fuerte”, recordó la señora Brenda.

La madre al ver esta situación fue al médico en San Felipe y le comentó de la fiebre y del dolor de espalda, pero el doctor solo le dijo que era infección de estómago, sin embargo, la señora Brenda no quedó conforme con el diagnóstico.

“Me dio medicamento para la fiebre y para infección del estómago, tratamiento de siete días, pero el niño nunca se compuso, yo suelo ir mucho a León porque tengo muy mala experiencia con los doctores de San Felipe, es pura gastadera y mi niño no se compone nunca”.

Con el medicamento que le dieron en León el niño se recuperó medianamente, incluso regresó a la escuela, pero a los pocos días volvió a sentirse mal, sólo que ahora fue peor la situación, ya que un día amaneció afónico y traía mucho escurrimiento nasal.

La señora regresó al doctor y le dijeron que el menor presentaba Covid, pero por los días que habían transcurrido, no le hicieron ya la prueba, dijeron que lo iban a lastimar en vano, porque finalmente ya se había contagiado.

Después de eso le dieron un tratamiento muy completo para atacar el virus, fueron días y noches muy complicadas, ya que si el medicamento le tocaba a las dos o cuatro de la madrugada, tenía que despertar al pequeño y dárselo. 

“Tuve que estar muy pendiente de todo, al 100%, de darle su medicina a tiempo, porque la infección le atacó tan fuerte que su garganta estaba tapizada de puntitos blancos, además el dolor de espalda fue porque sus pulmones carecieron de oxígeno por la mucosidad, de hecho su moco era de color blanco, y tenía que sacárselo con una perilla”.

El niño duró resguardado en el hogar más de dos semanas, no lo sacaba mucho y lo tenía que bañar en horarios en que no lo expusiera al frío, afortunadamente con el tratamiento el niño mejoró.

“Mi niño es muy muy inquieto, juega, brinca y platica mucho y cuando se me enfermó solo quería estar acostado, dormido y tenía mucho dolor de espalda, mi chiquito no aguantaba ese dolor, me partía el corazón verlo así, llegué a pensar que mi niño se me iba a morir de Covid, me aterró pensar eso”.

Afortunadamente, Axel libró la batalla, pero luego volvió a recaer, “la verdad no sabíamos qué hacer, estábamos desesperados”, dijo la señora.

El día que recayó, lo llevaron con una doctora en la madrugada, la cual les dijo que Axel, aún presentaba una fuerte infección de garganta, “pero me dieron antibiótico para sus síntomas y se fue recuperando poco a poco”.

MCMH

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