Guanajuato.- Cande y Pepo batallaron juntos contra la COVID con la esperanza de festejar los 61 años de matrimonio, pero él no pudo salir del hospital, falleció ahí, Cande sufrió durante seis meses la partida de su esposo y las secuelas de la enfermedad, después murió, pero en su acta de defunción no se menciona al SARS CoV 2.

Unos días antes de que se los llevaran al hospital, Socorro, su hija, había preparado gorditas de harina en el horno que Pepo había construido con sus propias manos, a pesar de que ya usaba andadera para poder caminar.

Estuvieron internados en el Hospital Estatal Móvil COVID 19 en noviembre de 2020, cuando estaban a unos meses de cumplir los 61 años de casados, ahí estuvieron juntos, contaron su historia a AM y recordaron aquel día en que se conocieron.

Pero el 27 de octubre Pepo perdió la batalla antes de salir del hospital, Cande regresó a su casa, pero tuvo que usar oxígeno casi todo el día y padecía dificultades de memoria, pues incluso a ratos preguntaba por “su Pepo”.

En marzo del año pasado AM relató la continuación de la historia de esta pareja, mientras Cande sobrevivía en su casa.

Por aquellos días era complicado obtener el oxígeno medicinal, pero su hija Socorro lograba conseguirlo y mantenía los cuidados para Cande, pero a veces llegó a decir “yo ya me quiero morir, quiero ir con mi Pepo”.

El 11 de abril el corazón de Candelaria se detuvo, y con ello un nuevo dolor para la familia González Pérez.

Aunque el SARS CoV 2 la mantuvo por un par de semanas en un hospital y seis meses en cama y con un tanque de oxígeno, su acta de defunción señala que la causa de muerte fue un infarto al miocardio, sumado a su hipertensión y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.

Su alta de la enfermedad le hizo quedar fuera de las estadísticas de mortalidad por COVID a pesar de que esa enfermedad fue la que deterioró su salud.

Los últimos momentos en vida que tuvieron juntos ambos los vivieron de la mano en una cama del Hospital Móvil Estatal de Atención al COVID y ahora siguen haciéndose compañía en el Panteón de San Juan de Llanos.

Socorro, su hija, dejó por muchos meses de preparar las gorditas de harina, los ánimos para cocinar se le acabaron, solo acercarse a ese horno le recordaba a su padre.

Ese mismo pesar pudo ser el que afectó a Ulises, uno de los nietos de Pepo y Cande, que estaba diagnosticado con un problema de corazón desde que nació, y que falleció cuatro meses después que su abuelo.

Pero apenas en enero de este año otro de los familiares de Soco también falleció como consecuencia de haber padecido COVID.

Ahora a todos ellos sólo los ve en videos que tomó en aquella última fiesta de día de la Candelaria que le hicieron a la señora Cande, “ya nomás los vemos ¿y pues que hacemos? se me hace imposible, como que no la creo”.

Cande está en los recuerdos constantes de Soco y todos sus familiares, pero no en las estadísticas de mortalidad que diariamente se actualizan.

Soco ya volvió a cocinar las gorditas en el horno construido por su padre, riega el jardín que tanto cuidaba y espera que esté tranquilo ya con “su Guerita” con su Cande.

Perfeccionan estadísticas

Los fallecimientos de infectados que habían superado el cuadro grave de COVID pero tuvieron secuelas que les provocaron la muerte, no se registran directamente como causadas por el nuevo coronavirus, esto podría generar un vacío de información sobre la mortalidad por la enfermedad, pero se trabaja en protocolos para detectar estos casos.

Así lo señaló el secretario de Salud de Guanajuato, Daniel Alberto Díaz Martínez. quien precisó que el criterio principal para que se asiente oficialmente que una muerte fue a causa de COVID, es “solamente que tengas la certeza del cuadro agudo”.

Pero recalcó que “eso ha hecho que nosotros tengamos que revisar el protocolo de registro de información. Es una enfermedad que realmente no existía. Se tendrá que ir mejorando, puntualizando, documentando. Primero hacer diagnóstico, luego tratamiento para cuadros agudos y ahora seguir estudiando las posibles complicaciones y consecuencias”.

“Hay gente que tiene COVID y tiene una prueba positiva, le haces otra un mes y medio después y sale negativa, pero resulta que tiene un infarto, por ejemplo y resulta que esa persona tenía condiciones de riesgo y se complicó la situación por COVID“, explicó

“Tenemos una estrategia de actualización médica continua justo para no solo brindar el diagnóstico y atención médica, sino también el registro de esto”, aseguró el funcionario.

Principales secuelas

Recordó que las secuelas principales, sobre todo en adultos mayores son fibrosis pulmonar, además de padecimientos cardiológicos como pericarditis, en el caso de pacientes con enfermedades crónico degenerativas desarrollan enfermedad renal crónica.

También hay alteraciones neurológicas periféricas y a nivel central, “algo que inicialmente se escuchaba un poco ilógico, pero es cierto, esos pequeños lapsus donde las personas no recuerdan algunos datos, se está dando”.

Han detectado alteraciones en la piel como secuela que se está documentando, además de alteraciones en la retina.

En los niños “muchos de ellos hacen meningitis o neuroinfección asociada a coronavirus”, explicó el funcionario.

Pero destacó que “muchas de ellas no aparecen de inmediato”, por lo que se requiere afinar los procesos para pacientes con estos malestares a fin de detectar un cuadro de COVID como su posible origen.

MCMH

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