Guanajuato.- Durante los tiempos de bonanza de la industria petrolera del país, la figura del finado salmantino Álvaro Sánchez Otelo se convirtió en el logotipo oficial de Petróleos Mexicanos como “El Charrito Pemex”. El tiempo forjó una leyenda local de la se cuenta, acabó con soledad y pobreza.
Luego de la expropiación petrolera en 1938, el Sindicato de Trabajadores Petroleros y la administración de la nueva empresa, Petróleos Mexicanos, buscaron reafirmar el ánimo nacionalista y tomaron decisiones populares, entre ellas, crear una imagen para la empresa basada en un hombre de pequeña estatura con ambas piernas arqueadas y vestido de charro, al que le llamó “El Charrito Pemex”.
Sobre la historia de “El Charrito Pemex” existen diferentes versiones y anécdotas, entre las que destacan las últimas apariciones en eventos de Pemex (desfiles de conmemoración del Día de la Expropiación Petrolera los 18 de marzo), en gasolineras donde las personas veían a un hombre de baja estatura que vestía un traje gris, azul o negro de charro y con las piernas en forma de arco.
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Don Álvaro Sánchez Sotelo era el llamado “Charrito Pemex”, y hacía publicidad de los aceites así como grasas para automóviles, y también era la imagen de las latas de queroseno, usado para la combustión de estufas domésticas.
No existe un registro histórico en el que se pueda asegurar que Álvaro Sánchez fue quien inspiró a los publicistas oficiales para crear el logotipo de los productos Pemex en la década de los 60, o si el hombre aprovechó su parecido con el logotipo de Petróleos Mexicanos para obtener algún apoyo económico.
En el gremio petrolero, algunos trabajadores petroleros dicen que el hombre que inspiraba a “El Charrito Pemex” recibía apoyo económico de los dirigentes del sindicato, quienes le pagaban por desfilar cada aniversario de la expropiación. Sin embargo luego los logotipos de la empresa cambiaron y dejó de ser atractivo para la clase petrolera.
Hay quienes dijeron que el hombre que personificaba a “El Charrito Pemex” se fue a vivir a la Ciudad de México, donde vivió pobreza extrema y murió en 1990.
El Charrito Pemex en 1987 en la Ciudad de México, mostrando una lata de grasa con su logo cuando era famoso, en la cual pedía limosna para sobrevivir, cuando se usó su imagen era muy famoso, participaba en desfiles, lo apoyaba Pemex económicamente, salía caminando con su traje, todas las personas lo reconocían y los saludaba, después fue dejado en el olvido y quedó en la miseria, teniendo que botear por las calles”, recordó Pedro Meyer.
“Hace no mucho salió a la luz la que podría ser la última foto de “El Charrito Pemex”. Se la tomaron en 1987, en ella se le ve (como siempre) orgullosamente vestido de charro y mostrando en el pecho el nombre de la paraestatal que lo hiciera famoso.
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Álvaro Sánchez Otero, mejor conocido como ‘El Charrito Pemex’, originario de Salamanca, se utilizó su imagen para promocionar los productos de Pemex años después de la Expropiación en los años 40, cuando funcionaban las refinerías de Azcapotzalco, Poza Rica, Tampico y Minatitlán, siguió siéndolo hasta los 60″. señalo.
DSS