León, Guanajuato.- En el Templo de San Francisco de Asís, en León, David Vera narró ayer su testimonio sobre cómo la donación de un riñón le permitió tener una mejor calidad de vida.
En la celebración eucarística, el sacerdote Gerardo pidió por todos los héroes anónimos que han donado, como parte de la conmemoración del Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos.
El padre pidió por el Centro Estatal de Trasplantes (CETRA) y por los que han dado vida y esperanza a otros seres humanos.
“Pedimos por todos los que han dado viva y esperanza, por la donación de sus órganos para que Dios nuestros señor los recompense con su paz, roguemos al señor.
Por la asociación y trasplante de órganos en nuestro estado que hoy da gracias a Dios por su trabajo y esfuerzo para que el mismo señor los siga acompañando en su proyecto, roguemos al señor”, expresó el padre Gerardo.
Además, integrantes del CETRA que acudieron al templo recibieron la bendición por parte del padre.
David Vera, quien tiene 65 años, contó entre lágrimas lo dichoso que se siente al haber recibido un trasplante de riñón hace 17 años.
Fue un 8 de agosto del 2005 que David fue operado en el antiguo Hospital General de León, por sufrir insuficiencia renal.
Detalló que él no quería recibir la ayuda cuando comenzó con su diálisis pues tenía esperanza de curarse, hasta que la doctora que lo atendía le rogó para que entrara al programa de donación.
Duré como año y medio que la doctora me rogaba porque era yo él que no quería, porque fuí con un hierbero, hasta que dije está bien y me tocó suerte que a los tres días me hablan y eso fue hace 17 años, todo ha funcionado bien, no me ha pasado nada”, dijo David.
Entre llanto, dio gracias a Dios y a su donante por permitirle estar con su familia durante todos estos años.
Quiero dar gracias a quien pudo donar su órgano y que aún sigue vivo en mi cuerpo, también a todas las enfermeras y enfermeros, siempre estaré agradecido con mi donante”, compartió.
DSS