Guanajuato, Guanajuato.- El 4 de julio de 2019, el exmarido de Elisa Celis González se llevó de vacaciones a los dos hijos de ambos, tenía que entregarlos el 4 de agosto pero no lo hizo, a pesar de que ella tenía la custodia de ambos, entonces de siete y 13 años.
En septiembre, una orden judicial le ordenaba al hombre entregarlos, pero no lo hizo, porque no quiso y no lo ha hecho hasta la fecha.
Son tres años que ella, originaria y habitante de Jalisco, ha vivido un calvario emocional y judicial al no tener cerca a sus hijos.
“Estamos aquí luchando por nuestros hijos, porque nos arrebataron a nuestros hijos. A nuestros hijos los han utilizado para destruirnos la vida”, clamó con la voz y los ojos invadidos por el dolor, a punto del llanto.
Ella fue una de las integrantes del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria que acudió al Congreso a reunirse con las diputadas de la Comisión para la Igualdad de Género para pedir que se incluya la figura de “violencia vicaria” en las leyes del estado para castigar a los padres de familia que la cometen.
Comentó que el padre de sus hijos es socio de una importante empresa tequilera, con un poder adquisitivo muy alto. Y a pesar de eso, afirmó que sus hijos duermen en el suelo y no han podido estudiar en tres años porque “mis hijos viven a salto de mata” por acompañar a su padre.
Tiene 30 ejecutorias a su favor
Para poder recuperarlos, ya lleva 133 expedientes judiciales iniciados y ganados, 30 ejecutorias a su favor, a pesar de lo cual, su exmarido no se los quiere devolver.
Elisa Celis afirmó que las autoridades han sido permisivas con su exmarido.
A nosotras nos quitaron el derecho de arropar a nuestros hijos, de darles un beso, de levantarnos todos los días para prepararles el desayuno, de ir al super con ellos”.
“Quiero estar sentada en un parque riendo con mis hijos”, dijo la mujer desesperada.
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Cierran otra vez el Callejón del beso
RAA