Guanajuato, Guanajuato.- Marcela Zevada Anderson, Paola Camacho y María Isabel Ortega, víctimas de violencia vicaria, consideraron que esta conducta sí debe incluirse en las leyes de Guanajuato.
La primera calificó como insuficiente el hecho de que no se haya incluido como delito en el Código Penal del Estado, en la reforma que hoy aprobó el Congreso del Estado.
Paola Camacho justificó esta importancia en el hecho de que se ha llegado hasta matar a los hijos de un matrimonio para dañar a la mujer.
No obstante, Zevada Anderson, integrante del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria, calificó la reforma que sí la incluye en el Código Civil “como un primer paso, no es un primer paso, es un gran paso, ya llegaremos a lo penal”.
Paulina Nieto, otra víctima quien dijo que lleva más de dos mil días sin poder ver a sus hijos, explicó que la violencia vicaria se da cuando los maridos, exesposos o exparejas utilizan o violentan a los hijos en común con el fin de dañar a las mujeres.
Agregó que es constante la amenaza contra las mujeres de arrebatarle a sus hijos, que puede llegar a darse de forma legal, Marcela Zevada señaló que para consumar esta conducta los agresores cuentan con la complicidad de las instituciones.
Las diputadas del PAN, en la discusión que se tuvo en la Comisión de Justicia la semana pasada, rechazaron incluir la violencia vicaria como delito en el Código Penal, como lo había propuesto la “bancada feminista” en una iniciativa.
Desiree Ángel, integrante de esta bancada feminista, formada además por Martha Ortega y Yulma Rocha, anunció que volverán a presentar la iniciativa para que sea incluida la violencia vicaria como delito en el Código Penal.
‘Mis hijos no querían estar con él’
En conferencia de prensa María Isabel Ortega, originaria de Comonfort pero residente en Celaya, dijo que tiene cuatro hijos de 5, 7, 10 y 12 años, pero la Justicia en 2015 otorgó a su exesposo la guarda y custodia.
“Los hijos son los que nos dan la fuerza. Mis hijos no querían estar con él”, dijo, y afirmó que a través de tráfico de influencias con un funcionario municipal de Comonfort, su exmarido pudo quedarse con los hijos de ambos.
Fueron tres años en un juzgado, yo iba al juzgado, luego por mis hijos a la escuela, y luego a hacer la comida. Cuando le mencionamos la violencia que el padre ejercía sobre ellos, como tocamientos, el juez dijo que no creía que un padre les hiciera eso a sus hijos.
“Mis hijos han crecido sin su madre. A la mayor la tiene medicada con psiquiatras, la tiene sedada, ha tenido varios intentos de suicidio, pesa 100 kilos. Yo quisiera que esto fuera incluido en el Código Penal para que sea una ley en plenitud”, afirmó.
Y refirió que cuando su hijo más pequeño fue a declarar “el Ministerio Público dijo que estaba mintiendo, porque el pequeño ni siquiera pudo hablar, entró en pánico cuando entraron dos hombres que él no conocía y estaba solo”, denunció.
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