Él es Guillermo Velázquez, trovador de los Leones de la Sierra de Xichú y este fin de año subirá al tablado de la topada del Festival del Huapango Arribeño y la Cultura de la Sierra Gorda

Guanajuato, Guanajuato.- En palabras de Guillermo Velázquez, trovador de los Leones de la Sierra de Xichú, el huapango es su destino y el eje alrededor del cual gira su vida, desde que a los siete años se acercó a la música, y a los 28 compuso su primera décima.

“Mi primer acercamiento al huapango fue a los siete años en una boda (…) Más grande tuve un encuentro en el que todavía se me reveló más el valor profundo que tiene esta traición, tanto por el repertorio musical de sones, de jarabes y de valonas, como por el elemento improvisatorio y, sobre todo, por la poesía”, comentó el trovador.

Guillermo Velázquez pasó su adolescencia entre el seminario de Querétaro y el de Nuevo México, en Estados Unidos, no obstante, pronto descubrió su camino como músico y poeta bajo la influencia de artistas como Piero, Serrat, Atahualpa Yupanqui, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

Prevaleció en mí mi vocación artística y sensible (…) la vida me trajo a donde me tocaba estar y donde ya llevo casi 40 años”, expresó Guillermo.

Con respecto a sus referentes en el huapango arribeño, el líder de los Leones de la Sierra de Xichú reconoció la influencia que recibió de Don Bartolo Rivera, quien fue su mentor, de Don Francisco Berrones Castillo, a quien considera el poeta más grande el siglo XX en lo que respecta a San Luis Potosí, y de Don Antonio García, por mencionar algunos ejemplos.

Cuando yo empecé a subirme a los tablados ellos ya estaban, y para mí fueron como maestros que me dieron clases magistrales sin que ellos lo supieran, pero me las dieron confrontándome con ellos, aprendiendo a la hora de estar en la topada”.

Sobre la composición de la décima, don Guillermo explicó que es importante “hacerse digno” leyendo y escuchando música para desarrollar la capacidad de pensar y escribir estos versos, donde la métrica consiste en hacer rimar el primero con el cuarto y el quinto, el segundo con el tercero, y el sexto y el séptimo con el décimo; “eso prácticamente hay que automatizarlo”, dijo.

Compartió que en lo personal necesita de un estado emocional intenso para improvisar o componer una décima, de sensibilizarse ante las emociones que están sobrevolando en su contexto, en el ambiente y en el País, motivo por el que temas como la guerra, la política, la pandemia y la migración son sobre los que más le interesa cantar.

Es un aprendizaje que no termina nunca y que tiene que estar nutrido por el amor a la palabra y a la tradición de la que uno es depositario, tiene uno que convertir esto no en un jale o una chamba, sino en algo mucho más que eso, insisto en la palabra destino, vocación”, manifestó.

“El huapango no es una reliquia del pasado, es una expresión artística contemporánea (…) El huapango ha sido mi razón de ser en el mundo, no cambiaría esto por nada”, agregó el trovador.

A sus 74 años, don Guillermo Velázquez se subirá al tablado de la topada del Festival del Huapango Arribeño y la Cultura de la Sierra Gorda que se llevará a cabo durante la noche del 31 de diciembre y la madrugada del 1 de enero en Xichú.

AM

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