Purísima del Rincón, Guanajuato.- Daniel Adalberto Landeros, movido por la fe y siguiendo el ejemplo de su papá, lleva más de 20 años de visitar a pie a la Virgen de San Juan de los Lagos desde Purísima del Rincón, una experiencia que describe como única e inolvidable.
“Mi primera motivación para visitar a la Virgen de San Juan es la fe y que mi papá la visitaba siempre, desde que estaba pequeño lo veía, más que nada también es una tradición, es algo muy bonito de nuestra religión, de ir a dar gracias, de amor hacia la Virgen de San Juan, de agradecer lo que ha hecho por nosotros”, expresó Daniel.
La emoción es la misma
Para él, acudir a la ciudad de San Juan de los Lagos es algo que desde muy pequeño quiso hacer y a los 12 años tuvo su primera oportunidad de visitar a la Virgen.
“Tenía 12 años la primera vez que fui, estaba muy pequeño, lo primero que me topé fue ver un camino que no tenía fin, me decía: ‘ya casi llegaba, ya falta menos de camino’; lloré del cansancio, no tenía la condición ni la fuerza física, pero era mi motivación el poder ir; es algo inexplicable, algo muy fuerte, al llegar a la Basílica fue algo muy bonito y lloré, fue una experiencia inolvidable”, contó el sanjuanero.
Con el paso de los años, la emoción para Daniel no ha sido distinta, pues cada vez que visita a la Virgen siente lo mismo; a la fecha acumula 23 años haciendo el recorrido que se vio interrumpido solo por la pandemia del COVID.
“Actualmente tengo 37 años, y año con año la emoción de acudir a visitar a la Virgen es la misma, es la misma motivación, aunque ya conoces el camino, el sacrificio es el mismo, la fe se sigue manteniendo viva, solo no pude acudir los dos años que se suspendieron las visitas a causa de la pandemia del COVID”, explicó.
Lo único que para Adalberto ha cambiado es que con el paso de los años se ha dado cuenta de que la condición física ya no es la misma, pero aún así, disfruta de poder realizar la travesía para honrar su devoción.
‘El camino era diferente’
Platicó que su papá, Miguel Landeros, lleva alrededor de 50 años de visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos, quien le ha dicho que cuando él era pequeño, el camino era totalmente diferente, pues en aquellos tiempos era más difícil hacer el recorrido.
“Me contaba que las cosas eran distintas en sus tiempos, empezó a los nueve años, tenía que buscar gente que les vendiera lo que llamaban rajas, que es el estiércol de las vacas con el cual podían calentar su comida que se llevaban para el camino, el sacrificio era cargar con todo, además de que no había mucha luz, iban con veladoras, hacían botes chilenos con velas, pero eso no los desmotivaba para peregrinar. Él, aún con su edad actual, este año dice que va, aunque no queremos, pero él dice que es su fe”, comentó Adalberto.
Aunque es por cuestiones de fe que comenzó a visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos, comentó que en ocasiones también ha acudido a pagar una manda.
Yo pienso que cuando uno tiene una necesidad o algún problema de salud, uno se encomienda a la Virgen y promete por medio de la fe hacer el sacrificio de amor, por medio de una manda, varias ocasiones hemos llevado mandas y la Virgen nos ha socorrido”.
Con el paso de los años Adalberto ha hecho diferentes tiempos de duración para llegar a San Juan de los Lagos desde Purísima del Rincón; la primera ocasión fueron 23 horas y lo que menos ha durado son 14 horas.
La tradición de peregrinar a pie hacia San Juan de los Lagos no ha sido solo de su papá y de él, sino que en diferentes ocasiones sus ocho hermanos y ahora 10 de 14 sobrinos han acudido a la ciudad jalisciense para venerar a la Virgen.
Por lo que sugiere a quien decida ir por primera vez lo haga con mucha fe, “que vayan con mucha fe, que lo hagan conscientes de que es un camino difícil, que lleven lo necesario, que se vayan bien abrigados porque hace mucho frío y lleven alguna pastilla para mitigar el dolor, ya que al llegar a San Juan todo duele, pero si se tiene fe, con eso se puede superar cualquier dolor”, finalizó.
AM