Guanajuato, Guanajuato.- Isela López, policía municipal de León, contó que cuando se embarazó, el director de la corporación le dijo que tenía dos opciones: trabajar de lunes a domingo en turnos de 12 horas o darse de baja.
López decidió darse de baja porque además tenía ya un hijo de cuatro años de edad. Cuando su segundo bebé tenía cinco meses, quiso regresar a trabajar en la Policía Municipal, pero no la dejaron hasta que el niño cumplió tres años.
Sandra Gómez, de San Luis de la Paz, entró a trabajar a la corporación embarazada, pero no lo informó a sus superiores. Como le daban tres contratos solo de tres meses cada uno, temió que la dejaran sin empleo. Lo dio a conocer hasta que fue imposible de ocultar.
Estas son algunas de las múltiples situaciones que tienen que enfrentar las mujeres policías de Guanajuato cuando se embarazan o tienen hijos pequeños y que fueron dadas a conocer hoy durante un foro de consulta organizado por la Comisión de Seguridad Pública del Congreso del Estado. Al encuentro acudieron 160 mujeres policías de varios municipios.
La consulta tiene como fin nutrir la discusión sobre una iniciativa de reforma a la Ley el Servicio Profesional de Carrera Policial del Estado y Municipios de Guanajuato, que propone que a las mujeres policías embarazadas se les retire del servicio operativo y se les traslade a labores administrativas, para no poner en riesgo su salud ni la del producto.
La propuesta del diputado Martín López Camacho fue presentada a nombre de la fracción del Partido Acción Nacional (PAN).
Piden atención médica, guarderías y apoyo psicológico
Estefanía Vázquez García, policía de Celaya, contó que a una compañera suya al momento de solicitar empleo en una corporación le pidieron un certificado de no embarazo. Ante esto, Martín López, diputado panista, aclaró que pedir este certificado es ilegal e inconstitucional. Por ello, sugirió denunciar estos casos ante la autoridad correspondiente.
María Calderón, policía municipal de Yuriria, denunció que durante su embarazo sufrió náuseas, pero que no le dieron incapacidad porque no eran considerados como una enfermedad grave. “Ya es pesado cumplir una jornada de 24 horas e incluso 12 horas estando embarazada”, dijo.
También señaló que las mujeres policías no tienen una red de apoyo, “no tenemos con quién dejar a nuestros hijos. Hemos tenido que dejar pasar oportunidades de desarrollo personal”.
Ana Laura, de San Luis de la Paz, dijo que el 8% de las mujeres policías son madres solteras y que, cuando sus hijos se enferman, tienen que faltar al trabajo porque no tienen con quién dejarlos. “Y nos descuentan el día, además del gasto que tenemos que hacer en medicinas”, dijo.
Sophia Huett, secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, presente en el foro, informó que en la ley está el permiso de cuidados maternos, que permite a las mujeres policías faltar al trabajo por motivos de salud de sus hijos.
Regina Ortiz, policía de Yuriria, preguntó quiénes de las asistentes al foro tenían seguro médico y solo la mitad levantó la mano. Destacó que las mujeres policías tienen que gastar más en medicinas por su embarazo y además por el parto.
Otra mujer policía pidió que se creen guarderías en las corporaciones, porque no tienen dónde dejar a sus hijos o tienen que pagar para que se los cuiden.
Otra de las asistentes comentó que ella estudia Enfermería y que, en su trabajo, vigila los embarazos de sus compañeras. Por ello, se ha dado cuenta de que también debería considerarse el cuidado psicológico de ellas, pues muchas no terminan sus embarazos porque pierden el producto.
Sophia Huett, secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, coincidió con ella, pero no solo para las embarazadas, sino para todos los policías, hombres y mujeres.
La atención psicológica debería estar incluida de manera permanente en el acompañamiento de la función policial, porque esta genera mucho estrés y no hay manejo de crisis”, dijo.
“Genera suicidios, desintegración familiar y alcoholismo. También para si se tiene un hijo con discapacidad o problemas matrimoniales”.
Urgen para las policías lactarios y guarderías
Sophia Huett López, secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, planteó que sería bueno que hubiera guarderías de tiempo completo en corporaciones policiacas para que las mujeres policías pudieran dejar a sus hijos. Comentó que ya hay guarderías en otros estados, aunque son pocos. También deseó que haya lactarios.
Cuando comentó la iniciativa del diputado Martín López Camacho de que se separe a las mujeres embarazadas de la operatividad para mandarlas a tareas administrativas, la funcionaria aclaró:
“Hay que cuidar que no las manden a sacar copias, como suele suceder, o arrumbarlas en un rincón o en un mostrador de atención al público. No a hacer un servicio por debajo de sus capacidades, porque se van a sentir arrumbadas”. Sino que las pueden llevar al C4 o jueces calificadores, que también es trabajo operativo, pero intramuros.
Esto lo dijo en el foro de consulta con mujeres policías realizado por la Comisión de Seguridad Pública del Congreso, donde una de ellas, de Celaya, confirmó que sí las mandan a sacar copias.
Sophia Huett comentó que vio en alguna ocasión que para poder ingresar a corporaciones policiacas, las mujeres no deben estar casadas o no tener hijos. ”No lo debemos normalizar”, advirtió.
Señaló que ninguna instalación policial en el estado cuenta con lactarios. Por lo que quienes son madres tienen que utilizar los baños, que son poco dignos para ellas.
“No tenemos secretarias ni directores de seguridad pública, por eso no tenemos lactarios”, consideró la funcionaria.
Por eso, destacó que entre más mujeres haya en mandos policiacos, se podrán evitar todas las situaciones de discriminación laboral mencionadas por las mujeres policías en el foro.
La secretaria del Sistema Estatal de Seguridad Pública del Estado mencionó que ocho de cada 10 hombres policías tienen pareja, mientras que en las mujeres, cuatro de cada 10 tienen pareja.
“Eso tiene que cambiar, las mujeres tienen que estar en situación de igualdad”.
También consideró absurdos los horarios laborales de los policías de 24 horas de trabajo por 48 de descanso, porque nadie en su sano juicio puede rendir así, porque si no se duerme, no se está al 100% de la capacidad.
Consideró una contradicción que “mientras estamos exigiendo que los policías den lo mejor para la sociedad, ellos viven desintegración familiar e incluso hasta pandillerismo de sus hijos”.
Espera que se apruebe pronto la licencia de paternidad de 15 días, que está en comisiones del Congreso.
LALC