Con información de Dulce Muñoz y Agencias
León.- Mientras las autoridades informaban que el paso de “Otis” por Guerrero dejó 27 muertos y 4 desaparecidos, jóvenes guanajuatenses que vivieron en Acapulco la llegada del huracán platicaron su imborrable experiencia.
“Al principio nos asomábamos por la ventana y se miraba lo que se estaba destruyendo afuera, pero después ya se quebraba todo, las ventanas y hasta puertas, fue muy difícil resistir todo eso”, platicó Jorge Alberto Rodríguez, un estudiante de 22 años.
Alumno de 5o semestre de la Facultad de Minas de la Universidad de Guanajuato y uno de los que participaban en la XXXV Convención Internacional de Minería, contó a su regreso que desde que comenzó el impacto del fenómeno “se sentía bien gacho, hubo sismo ahí, se movía poquito el hotel de un lado a otro”.
La angustia se prolongó por no poder regresar a Guanajuato el miércoles, a causa de los daños.
“Finalmente salimos de Acapulco a las 13:30 y afortunadamente ilesos, pero si con la angustia vivida”, apuntó Rodríguez Martínez.
Jhoana, otras de las que hicieron el viaje, agradece que después de lo que vivieron, todo haya quedado en un susto y pérdidas materiales.
Éramos estudiantes que íbamos con la intención de divertirnos y pasar un buen momento en la convención pero pues fue todo lo contrario, fue una experiencia muy desagradable que no se le desea a nadie”.
La alumna recordó esa noche del martes.
“Cuando llegó el huracán empezó a hacer mucho aire, se estrelló una ventana y después se fue la luz, ahí el personal del hotel decidió bajarnos al primer piso, el encargado nos decía que nos resguardáramos en el restaurante pero ahí todo era de vidrio y no podíamos estar ahí porque los vidrios tronaron y todo lo que estaba en la recepción voló. No quedó nada”.
Los 47 alumnos de la Universidad de Guanajuato regresaron ayer, sanos y salvos, en el mismo camión que los llevó a Acapulco, tras un accidentado viaje de más de 20 horas.
HEP