León, Guanajuato.- A los tres años, Mateo Servín Amaya aprendió a leer por sí mismo y a los nueve ingresó a la secundaria en la escuela General José Vasconcelos en Salamanca tras no cursar dos grados de primaria debido a sus aptitudes sobresalientes.
El pequeño celayense sueña con ser astroquímico, actualmente forma parte de un curso virtual que imparte la Academia Hanan Pacha de Chile dedicada a las ciencias y divulgación y en el que todos sus compañeros son mayores de edad.
“Lo que tiene Mateo es que aprende muy rápido”, expresó su mamá, Guadalupe Amaya Leal quien también compartió que las ciencias y la química son las materias que más le gustan a su hijo.
“Si es un tema de su interés se enfoca más en él y en las ciencias es donde tiene un nivel mayor. Hay un proceso en la SEG que se llama proceso de aceleración, el primer proceso de Mateo fue de primero de primaria a tercero, no cursó segundo y después fue de quinto a primero de secundaria, no cursó sexto de primaria.
Vivíamos en Celaya y él estaba en una escuela privada, mi mamá es maestra y ella empezó a notar como “alertas” de que algo no era normal en Mateo porque él empezó a leer a los tres años sin que nadie le enseñara”, platicó.
Recordó que al notar estas altas capacidades ella y su esposo recurrieron con autoridades de la Secretaría de Educación de Guanajuato de Celaya para que se pudieran realizar los procesos de aceleración debido a que la escuela particular donde estudiaba Mateo se negaba a hacerlos.
Como Mateo, la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG) tiene registrados mil 429 estudiantes sobresalientes en el programa de Aptitudes Sobresalientes y 800 más que acuden a las Escuelas de Talentos de León e Irapuato.
Así lo detalló el maestro Josué Renato Yasamuhat Morales Pérez, jefe de Educación Especial quien sostuvo que estos estudiantes reciben acompañamiento por alguna de las 157 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (Usaer) en los 46 municipios.
‘Aceleran’ proceso de aprendizaje
Guadalupe Amaya, mamá del niño Mateo Servín, comparte cómo fue posible acelerar el proceso de aprendizaje para aprovechar los talentos de su hijo.
“Investigamos y dimos con que en las escuelas públicas tienen este apoyo de maestros USAER (Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular) y cuando a un niño lo ‘aceleran’ él tiene la opción de elegir la escuela en la que quiere estar porque buscamos una escuela con este apoyo.
“Así dimos con la Secundaria General José Vasconcelos (en Salamanca), nos tuvimos que mudar de ciudad porque mi mamá vive aquí y ella confirmó que es una muy buena escuela y estamos felices con la atención y los maestros que son muy profesionales”, compartió.
Guadalupe lamentó que además de la falta de apoyo para realizar estos procesos de aceleración, Mateo sufrió bullying por “saber mucho” tanto de las maestras como de sus compañeros en la primaria.
“Le hacían comentarios de que sabía mucho y el involucrarse y tener una relación de amistad con sus compañeros le había costado y ahorita está feliz y se lleva muy bien con todos, sus compañeros que son más grandes lo apoyan e incluso lo felicitan.
“Es una maravilla, se nos abrió el mundo con este apoyo donde Mateo ya está dentro del programa de Aptitudes Sobresalientes”, expresó.
Mateo asiste a clases de natación y forma parte de la selección municipal de ajedrez de Salamanca, antes de la pandemia asistía a la Universidad Autónoma de Querétaro a tutorías de ciencias.
“Es importante descubrir las aptitudes sobresalientes en estos niños y niñas porque al no ser diagnosticados esto se puede perder, son niños con mucho potencial que pueden impulsar el desarrollo de los estados y los países”, enfatizó la mamá de Mateo.
A cazar talentos
Josué Renato Yasamuhat Morales Pérez, jefe de Educación Especial de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), explicó cómo es la detección y seguimiento de estos niños.
“Las niñas y niños con aptitudes sobresalientes son aquellos que destacan significativamente del grupo social y educativo al que pertenecen, en uno o más de los ámbitos del quehacer humano, como son científico-tecnológico, humanístico-social, artístico y motriz.
“El proceso que realizamos para la identificación de estos estudiantes está a cargo de los servicios de Educación Especial en escuelas públicas donde están inscritos los alumnos desde preescolar hasta secundaria”, explicó.
Recordó que desde el 2010 se atienden a estas poblaciones escolares con el fin de otorgarles nuevas oportunidades de aprendizaje y atender los requerimientos específicos de aprendizaje que demandan.
También destacó que para el enriquecimiento extracurricular de estos estudiantes, la SEG tiene alianzas con instituciones como el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), entre otros laboratorios de ciencias, tecnologías y robótica.
“Todo esto está relacionado a cómo aprenden las niñas, niños y adolescentes con aptitudes sobresalientes, de ahí el énfasis de que no solamente nos interesa saber quiénes son sino qué otorgamos como sistema educativo para seguir potenciando sus altas capacidades”, recalcó.
Búsqueda intencionada
Para identificar a estos estudiantes sobresalientes se realiza un proceso de evaluación entre agosto y octubre, sin embargo es un trabajo continúo a lo largo del ciclo escolar, apuntó Morales Pérez.
“Se aplican instrumentos de evaluación personalizados hacia el estudiante que nos permiten conocer un poco más de cómo aprende, cuáles son centros de interés, sus gustos, sus áreas de dominio con relación a la inteligencia y habilidades blandas.
Así como aprendizaje autónomo y áreas socioemocionales y toda esta serie de indicadores nos muestra quiénes son los estudiantes que destacan por encima del grupo educativo al que pertenecen”, explicó.
Agregó que estos instrumentos han sido revisados y validados por la Secretaría de Educación Pública y por la SEG.
Finalmente, el docente subrayó que hay dos retos para continuar con la identificación de estudiantes sobresalientes, pues la teoría indica que entre el 5% y 10% de la población total manifiesta una aptitud sobresaliente.
“Es decir, de un millón 600 mil que se inscriben en educación básica se habla de cerca de 160 mil niñas, niños y adolescentes con alguna de estas aptitudes y el reto número uno es seguir encontrándolos y el segundo otorgarles oportunidades”, concluyó.
CA