Con información de Fernando Martínez
Celaya, Guanajuato.- En 2023, en Celaya se detectó un aumento en el paso de migrantes venezolanos y haitianos, con conmovedores casos de familias enteras que viajaron con sus niños, a pesar del riesgo de cruzar todo México para llegar a Estados Unidos.
Los directores de la Casa del Migrante ABBA y de la asociación Manos Extendidas a los Necesitados, coincidieron en que estos fueron los principales cambios en la dinámica de la llegada de personas de otros países al municipio, el año pasado.
Entre ambos refugios apoyaron en los pasados 12 meses, a más de cinco mil personas en movilidad, de varias nacionalidades, que llegaron con un sinfín de necesidades tras superar los peligros que representa viajar de manera ilegal.
“Han cambiado las rutas de migración y no todos pasan directamente por Celaya, aunque sí por Guanajuato, como vemos el caso de Irapuato. Entonces tenemos días en los que aparentemente no llega ningún migrante, pero otros en los que hemos recibido hasta 32 en nuestro albergue”, señaló Jorge Martínez, representante de Manos Extendidas.
“Varió la dinámica de migración, pero la diferencia en este año fue que subieron mucho los venezolanos, además de los haitianos, nicaragüenses y ecuatorianos, por más que siga predominando la gente de Honduras, Guatemala y El Salvador”, apuntó Ignacio Martínez Ramírez, fundador de Casa ABBA.
En el caso de Manos Extendidas, asociación con 10 años de existencia, este año atendieron a más de dos mil beneficiarios, donde nunca han suspendido actividades a pesar de las complicaciones que tuvieron el año pasado.
“Mientras el Estado se ha involucrado a través de la Secretaría del Migrante y del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses, el Municipio este año nos quitó todos los apoyos que nos habían dado anteriormente”, comentó Jorge Martínez.
En tanto que en la Casa del Migrante ABBA han tenido que verse atados de manos con la asesoría legal que brindan para ayudar a hacer los trámites en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), ya que el organismo está saturado y los tiempos de espera son de dos años, cuando antes era de seis meses.
Conmueve ver tantos niños
“En tiempos de lluvia y de frío extremo, un día llegó una señora con cuatro niños, los agarró la lluvia arriba del tren, entonces los traía tiritando, se les mojó toda la ropa, ya no tenían nada que ponerles y estaban en puro pañal”, recordó el director de Manos Extendidas.
…un día llegó una señora con cuatro niños, los agarró la lluvia arriba del tren, entonces los traía tiritando”
Un tipo de historia que se repitió mucho a lo largo del año, ya que también recordó a otro grupo numeroso de niños que llegaron al albergue descalzos, pero que por fortuna algunos ciudadanos reaccionaron al llamado que se hizo en redes sociales para buscar donaciones y hasta les terminaron comprando zapatos del Coppel
“También tuvimos a una pareja de adolescentes; la mujer salió embarazada de su país, se alivió en San Juan del Río y a los cinco días viajaron, con frío y lluvia llegaron aquí a las 10 de la noche, ya teníamos casa llena, pero al ver que tenían a un bebé de cinco días de nacido, los dejamos entrar, yo creo que si no les abríamos la puerta a probablemente se les podía morir ese bebé, de hipotermia”, relató.
Una problemática con la que también coincide el director de la Casa ABBA, que en 2023 apoyó a dos mil 600 personas en tránsito y 450 personas de casa (quienes buscan asistencia legal o ser parte del programa para recibir prótesis).
“Aumentaron los niños, quizás acompañados con sus familias, desde bebés, hasta pequeños, porque están saliendo familias completas. Esto es preocupante, porque aparte de que aumentan, la vulnerabilidad de las personas es aún mayor”, concluyó.
La ayuda supera el desafía en Irapuato en 2023
El 2023 fue un año atípico en Irapuato en cuanto a la pasada de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, ya que hubo momentos álgidos, como cuando Ferromex decidió en septiembre, detener unos días sus trenes.
“Este año fue muy difícil y complicado, porque cuando el tren detuvo su marcha, llegaron a quedarse hasta 5 mil migrantes, lo que fue un reto tremendo para poder apoyarlos”, comentó Yerko Zegarra, coordinador de la asociación Amigos del Tren en Irapuato.
Apoyarlos, junto con autoridades municipales, con comida, baños, aseo y vigilancia para que permanecieran abajo del puente Visión XXI, fue el reto, recordó.
Jefferson Ortiz, de 25 años y originario de Venezuela, dice que ha recorrido en un mes seis países, pero en México se ha tardado más porque al ser más grande que Centroamérica, aún no puede llegar a la frontera y eso lo desilusiona un poco.
“Yo tengo la esperanza de llegar, pero acá en México sí es difícil porque uno se queda uno o dos días en cada lugar para esperar el tren, y lo bueno es que hay gente que le ayuda a uno, no me han tocado cosas malas, como a otros.
“Lo único incómodo ahorita es el frío, porque hay zonas donde hace mucho y uno no está tan acostumbrado, pero yo sigo en que sí voy a llegar a la frontera, porque en mi país, Venezuela, vivimos mal con la dictadura”.
Pero no todo ha sido dulce en este trabajo de apoyar a migrantes, porque hay expresiones xenófobas.
“Cuando se quedaron los migrantes porque el tren no pasó, hubo gente que pasaba y gritaba que quitaran a los migrantes porque daban mal aspecto, o pusieron lonas con mensajes xenófobos; esto es parte de la falta de empatía, porque no les ha tocado una situación igual que la que viven los migrantes”, aseguró Zegarra.
Aunque ya no en gran cantidad, en Irapuato aún arriban migrantes todos los días.
La primera ocasión que se tuvo una llegada de migrantes en gran cantidad, fue en 2018 cuando la Caravana de Migrantes centroamericanos llegó a Irapuato, no obstante solo pernoctaron unos días y después continuaron su viaje.
CA