Con información de Javier Vargas, Fernando Martínez y Salma Hernandez
Guanajuato.- El Día de las Madres trasciende más allá de las celebraciones cotidianas, convirtiéndose en una fecha de profunda reflexión y memoria para muchos guanajuatenses.
Los panteones de diversas ciudades se transforman en lugares de encuentro donde familias completas se reúnen para honrar a las madres que ya no están.
AM en el recuerdo: el Día de la Madre hace 10 años
La tradición de visitar las últimas moradas de los seres queridos se observa con respeto y solemnidad, donde las emociones fluyen entre las generaciones presentes.
‘Quisiera tenerla y abrazarla’: Añora Ángel a su madre, asesinada en León
Quisiera tenerla y abrazarla, ir a su casa a comer y no venir al panteón a verla”, dijo con mucha tristeza y lágrimas Ángel Canchola quien fue a vender cacahuates y a visitar a su mamá al panteón San Nicolás, en León.
Ángel platicó que su madre Juanita hace cuatro años fue asesinada, justo cuando tenía 14 años y desde ahí se sintió desamparado y su refugio ha sido un anexo.
Ángel vende cacahuates como parte de su rehabilitación contra las drogas y mientras lo hacía, se tomó una pausa para llorar y recordar a su mamá.
No hay nadie como una madre, cuando ellas mueren no vuelve a ser nada igual, me siento solo, nadie me frecuenta y yo hasta quisiera estudiar”.
Como Ángel, cientos de personas lloraron al pie de las tumbas de sus madres, abuelitas o esposas en este día tan especial; algunos llevaron flores, limpiaron sus últimas moradas y otros entonaron sus melodías favoritas o aquellas que abordan el sentido de la inemnsa soledad tras su partida.
Para mi es un día muy doloroso porque cuando se va la mamá la vida ya no es la misma y cuando la tenemos somos, a veces, muy tontos y no valoramos” comentó Sergio Quesada, al pie de la tumba de su mamá.
El panteón San Nicolás estuvo lleno y en las inmediaciones hubo venta de arreglos florales, coronas en las que ponían imágenes de las mamás y más ornamentos para sus tumbas.
¿36 grados en Irapurato? Con permiso, voy a ver a mi mamá al panteón
A pesar de los 36 grados Celsius que se dejaron sentir en Irapuato, cientos de personas acudieron de manera religiosa al Panteón Municipal, para visitar a las madres que ya partieron de este mundo.
Mi madre falleció hace 20 años y desde entonces vengo a verla cada 10 de mayo, pues uno se acuerda de ella, y sé que mis hijos ya en la tarde van a la casa y festejamos, pero nunca se olvida uno de quienes se fueron; más si es su madre, así que antes de festejarme vengo a dejarle unas flores a mi madre”, dijo la Alma Contreras.
Rezar un rosario, limpiar la tumba, hasta llevar su bocina o contratar a alguno de los músicos que hay para poner la canción favorita de la madre, es parte del ritual que las familias realizan este día.
Te vas ángel mío, Puño de tierra y Amor eterno son las canciones que más nos piden, pues son las canciones que más recuerdan a las mamás y en este día no solamente trabajamos aquí, sino que algunos nos contratan para tocar algunas canciones para aquí en la tumba y luego en los festejos que tienen como familia”, dijo José Hernández, músico.
En cuanto a las flores, el precio que tuvieron estos arreglos al exterior del Panteón oscilaban entre los 20 pesos un pequeño ramo de una sola flor, 35 pesos con flores artificiales y 200 pesos, un ramo con más flores y hasta dedicatoria.
Antes sí compraba flores naturales, pero desde hace años que no dejan entrar agua al Panteón, pues hemos cambiado a flores artificiales, no es que uno no quiera a su madre, pero se ven mejor y no necesitan agua para que se queden aquí en su tumba”, dijo Rebeca Olmos.
Este Día de las Madres no solamente fue un festejo para las que están presentes, sino que también aquellas que partieron fueron recordadas con algún detalle y la visita de sus hijos en esa tumba que guarda su cuerpo, no así los recuerdos que les quedaron por siempre a sus hijos.
Se llenan de vida al recordar a sus mamás en los panteones en el sur de Guanajuato
Los panteones de Moroleón, Uriangato y Yuriria se llenaron de vida este Día de las Madres, mientras miles se reunían para recordar a sus seres queridos.
Desde el miércoles, familias enteras dedicaron tiempo a embellecer las tumbas con flores, fotos y música, en una mezcla de duelo y convivencia.
“Visito la tumba de mi madre desde hace más de diez años. Aunque no siempre podemos traer flores o su música favorita, lo importante es mantener su memoria viva”, compartió Erendira Martínez, una residente de Yuriria.
En este pueblo, la tradición incluye música de banda en el cementerio, convirtiendo el recuerdo en una celebración de vida más que de pérdida.
En Uriangato, familias aprovecharon para enseñar a los más jóvenes sobre sus antepasados, compartiendo historias y fotografías.
Mientras tanto, en Moroleón, el incremento en el precio de las flores llevó a muchos a optar por alternativas artificiales. “Preferimos flores que no necesiten cuidados y que no sean robadas. Lo esencial es recordar”, dijo Ulises Zavala, otro asistente.
Cerca de diez mil personas participaron en estas conmemoraciones, demostrando que el amor y el recuerdo son pilares que perduran más allá de la vida.
‘Venimos a platicar con ella un ratito’, dicen en Celaya
Al continuar la tradición de cada 10 de mayo, Beatriz Hernández y José Martín Vargas, acudieron desde muy temprano al Panteón Municipal Norte de Celaya a visitar a sus madres.
Beatriz, quien mencionó que su madre falleció hace 16 años, contó que ahora es una tradición para su familia visitarla. Ella murió a causa de la diabetes y la complicación de otras enfermedades.
“Mi madre era un pilar muy importante para nosotros, la queríamos mucho, fue una guerrera porque fue una mujer de campo y a base de mucho esfuerzo y sacrificio nos sacó adelante; mi padre tiene 42 años que falleció pero ella apenas tiene 16 y gracias a Dios nos sacó adelante a todos”, comentó.
Agregó que aunque la pandemia por COVID le arrebató a tres de sus hermanos, el resto todavía siguen visitando la tumba de su madre tal y como la hacían en familia.
“Venimos a acompañarla un ratito, a platicar un ratito con su tumba, a recordarla tal cual era y a traerle algún presente”, dijo.
Aunque visitar a las madres que se adelantaron ya es una tradición, José Martín Vargas, quien visitó a su madre que falleció en 1987, mencionó que las generaciones actuales han estado perdiendo esa tradición.
“Desgraciadamente muchos van perdiendo la tradición, hay muchas tumbas abandonadas con nombres de señoras, todas las costumbres que había bonitas se están perdiendo, hay que inculcarles a los nietos estas visitas”, dijo.
Este 10 de mayo, personal de Protección Civil y de Cruz Roja mantuvieron recorridos preventivos en los panteones municipales a fin de evitar cualquier riesgo y estar al pendiente de las emergencias que pudieran presentarse.
Según la dirección de Servicios Municipales, hasta las 3 de la tarde del Día de la Madre, la administración de Panteones municipales reportó la asistencia de 11 mil 620 visitantes; cinco mil correspondientes al Panteón Sur, dos mil 500 al Panteón Norte y cuatro mil 120 a los panteones municipalizados de la zona rural; cifras que se esperan superar con la asistencia de al menos 30 mil visitantes en total.
Los panteones municipales estuvieron abiertos en un horario de 8 de la mañana a 8 de la noche; además también fueron instalados comerciantes de comida y flores.
Desde la venta de los ramos en 50 pesos hasta los 150, las familias visitantes adquirieron sus flores para adornar las tumbas de las madres que hoy ya no están con vida.
HEP