Con información de Edith Reyes Rojas y Shayra Albañil Reyes
Alondra, de 27 años, es una famosa influencer en temas de salud y una médico que interrumpió sus estudios por el abuso y maltrato que sufría como residente de primer año en un hospital en León.
Ella al igual que muchos de los médicos residentes de los grados 1ro. y 2do. que cursan una especialidad en los hospitales públicos, están sometidos a jornadas semanales de más de 100 horas y al maltrato y acoso de sus compañeros de grados superiores.
A los residentes se les conoce como R1, R2, R3 y R4 y en especialidades que requieren seis años de estudio hay R5 y R6.
Varios médicos residentes y otros egresados, quienes pidieron no revelar su nombre, coincidieron en que la residencia es un periodo para estudiar una especialidad, no es un trabajo sino un periodo de adiestramiento. Todos tienen una historia de la violencia que sufrieron.
Cada año miles de egresados realizan el Examen de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) para ingresar a los hospitales públicos de todo el país que dependen del IMSS, del ISSSTE y los institutos estatales. Alrededor de 26 mil ingresaron el año pasado a nivel nacional.
El Hospital de Alta Especialidad del Bajío admitió a 160 y en el Hospital General Regional entraron 235.
AM entrevistó hace unos días a una residente de cirugía general del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío. la joven médica calificó como inhumanos los horarios que debe cumplir y consideró que las duras condiciones de trabajo de los residentes se han normalizado.
En mi caso elegí el Hospital de Alta porque se supone que es uno de tercer nivel donde aprender los casos más complejos hasta los más sencillos y porque tenía la creencia de que era un hospital con menor cantidad de pacientes.
Compartió que en un día normal, entra al hospital a las cinco de la mañana para salir a las 10 u 11 de la noche del día siguiente, pero también aclaró que esto depende de la cantidad de trabajo a su cargo, pues lo más temprano que ha salido es entre 6 y 7 de la tarde.
La justificación es que si un residente de mayor jerarquía o nivel entró a quirófano y sale tarde nosotros no nos podemos ir hasta que terminemos los pendientes, tenemos que entregar todas las notas de evolución de los pacientes antes de las 6:30 de la mañana.
“En el caso de ciertos servicios, hay veces que tienes a tu cargo hasta 20 pacientes y hay que llegar a revisar su estado de salud de cada uno y registrarlo en el sistema con una nota donde se indica lo que requiere el enfermo y los signos vitales, la exploración física y el plan a seguir”, contó.
El maltrato a residentes, normalizado por generaciones: Alondra Mendizabal
Los maltratos hacia los médicos residentes llegan a tal grado que los despersonalizan, es una violencia que se ha normalizado por generaciones, consideró Alondra Mendizabal Velázquez quien intentó hacer su residencia en León.
Luego de seis semanas en las que sufrió maltrato y vio que también lo afrontaban sus compañeros, Alondra terminó a la residencia. Hubo dos factores que fueron determinantes para su decisión, la primera estar lejos de casa, de su familia y amigos, no se acostumbró a vivir en León; y la segunda el maltrato de residentes con mayor jerarquía y médicos. Las autoridades del hospital la toleran.
Ella afirma que esta violencia laboral hacia los residentes no es exclusiva de un hospital, de un estado o una ciudad, pasa en todos lados, en los hospitales públicos y privados pero asegura que ella confía en que este maltrato normalizado tarde o temprano se erradique.
Hacen todo para destruirte, para hacerte la vida imposible dentro del hospital, si hablas te tachan de revoltosa, de que te quejas de todo y lo único que estás haciendo es pedir lo mínimo, un trato humano, respeto”, afirmó.
En su primer día de residente, una residente de mayor jerarquía le gritó culpándola de unas hojas que ella no olvidó en otro piso.
Al inicio de la residencia, los médicos tienen jornadas hasta de 18 horas diarias, llegan a las cuatro de la mañana y salen a las 10 de la noche.
Alondra es influencer, a través de sus redes sociales expone diferentes temas relacionados con la salud, por eso no se queda callada cuando decidió dejar la residencia y regresar a la Ciudad de México, en respuesta recibió apoyo pero también muchas críticas.
Al recordar sus semanas como residente señala que existían actitudes y reglas por parte de los residentes de los niveles superiores que llegan a lo absurdo como regañarla si olvidaba algo en el cuarto de descanso.
Si a ti se te olvida algo en tu mochila, entrabas con miedo a la residencia de que te fueran a regañar los R de mayor grado… decían que estabas perdiendo el tiempo, hasta eso tan básico hace que te de miedo. Yo a mis 27 años no puedo creer que me daba miedo entrar a la residencia”.
Renunciar a sus sueño de hacer la residencia para lograr una especialidad médica llevó a Alondra a una depresión, ella asegura que estaba perdiendo el gusto por la medicina y por eso buscó terapia, fue a través de este proceso que descubrió que lo que había vivido era violencia laboral.
Yo ya me hice a la idea de que si quiero hacer una especialidad en México los horarios me los tengo que aguantar, lo que sí no tengo que aguantar es el maltrato. Esta primera vez entré con una mentalidad muy vulnerable por todo lo que estaba pasando en mi vida personal y que realmente no sabes a lo que vas a la residencia hasta que estás ahí”.
Hoy Alondra quiere volver a intentarlo, se está preparando para volver a presentar el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) y tener todas las capacitaciones necesarias para ganarse un lugar en otro hospital, pero asegura que va más preparada también mentalmente.
“Yo les diría a quienes buscan ingresar que a la especialidad… no se tiene por qué sufrir, no tienen porqué aguantar algo que vaya en contra de sus derechos humanos, de su dignidad, el respeto es lo principal y hay leyes que nos protegen, no se tienen por qué aguantar porque no es normal y si lo hablamos y lo difundimos podemos hacer un cambio.
Todo está muy normalizado, relata la residente
La residente de cirugía general del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío que entrevistó AM aseguró que si se enferma debe acudir al ISSSTE, que es la institución a la que está afiliada.
Entre sus prestaciones, está una beca de siete mil pesos a la quincena y dos periodos vacacionales al año de 10 días cada uno.
De las áreas de descanso para los residentes que realizan la guardia dijo que hay una habitación dentro del piso de cirugía donde hay dos literas y un baño, el cuarto es tanto para hombres y mujeres.
“Cada especialidad tiene su cuarto de residentes, si el R3 (residente de tercer nivel) decide dormir hay que cederle la cama, si él decide me tengo que quitar. No hay una habitación para hombres y una para mujeres.
Como R1 (residente de primer nivel) no podemos entrar a la residencia a descansar durante el día, sino hasta la noche, es una prohibición interna del hospital”, señaló la joven, quien explicó que cada cuatro días le corresponde hacer guardia.
Explicó que hacer guardia es similar a un día normal de trabajo, también entra a las 5:30 de la mañana para revisar el estado de salud de los pacientes, de 7 a 8 de la mañana debe asistir a clase; si no hay cirugías tiene otras tareas como solicitar estudios de laboratorio o hacer procedimientos en cama del paciente.
“Si no hay urgencias para quirófano se hace un pase de visita donde nos presentamos con los pacientes, les decimos que vamos a estar de guardia, revisamos sus signos vitales y estamos pendientes de ellos”, comentó.
Los malos tratos hacia los médicos residentes de 1ro. y 2do. grado, no provienen de los médicos de base llamados “adscritos”, sino de los residentes de 3o. y 4to. cuarto nivel. En algunas especialidades el nivel de estudios y jerarquía llega al 6to.
“Se supone que nos podemos quejar con el Comité de Ética del Hospital, en Enseñanza y en Derechos Humanos, pero creo que nadie se queja porque es algo que está muy normalizado”, lamentó.
Ve mejoras en condiciones laborales de residentes en Guanajuato, pero faltan
En su último año de residencia en el Hospital del ISSSTE de Irapuato, una doctora que se especializa en medicina interna consideró que ha habido avances en las condiciones laborales de los residentes, no obstante consideró que las residencias pueden ser mejores.
Tan solo el hecho de que antes eran guardias, un día sí y otro no y ahora ya son cada cuatro días, pero aún así a mí me parece que es poco el tiempo de descanso que se tiene entre una guardia y otra”.
“Creo que con una guardia a la semana podría ser más que suficiente porque te desgasta mucho el estar 36 o más horas sin dormir, sin poder bañarte en un lugar decente, sin comer bien porque en general los hospitales no te dan una comida saludable y es mucho estrés el que se vive”, expresó.
Las guardias de 36 horas continuas, sin bañarse, sin comer…
La joven que al igual que otros residentes, pidió mantener el anonimato, compartió que su horario en este hospital es de lunes a viernes de 7 de la mañana a 3 de la tarde y cada cuatro días hace una guardia.
El día de guardia entra a las siete de la mañana y sale hasta el día siguiente a las 3 de la tarde, sin embargo, el horario de salida puede variar, ya que puede salir más tarde pero no más temprano.
“Porque al menos en mi hospital hay un checador. Según yo muy pocos hospitales lo tienen, él mío carece de muchas cosas pero eso sí lo tiene muy bien para controlar los horarios. La mayor parte de los trabajadores registran su entrada en una hoja, pero este checador es nada más para los residentes“, aseguró.
Les quitamos su cuarto
En el Hospital del ISSSTE de Irapuato hace tres años se abrieron las primeras residencias para cursar las especialidades de Medicina Familiar, Medicina Interna y Cirugía General.
Al no haber residentes, sólo se contaba con una litera en el cuarto de descanso para los médicos de base de la noche.
Cuando llegamos los primeros residentes se adaptó ese cuarto, entonces, los médicos decían que les quitamos su cuarto. Lo que tenían que era una litera fue lo que nos dejaron a nosotros, ya usada y vieja.
“Después pusieron otra litera, trajeron nuevos colchones y un aire acondicionado que no tiene una gran ventilación. Son cuatro camas para los residentes y el cuarto conecta con el baño que tiene la ‘Mipera’ (lugar de descanso de los médicos internos de pregrado)”, contó.
Pasan semanas, incluso meses sin cobrar su beca
Referente a la beca quincenal que por derecho debe de recibir y que está establecido en la normatividad, la joven doctora manifestó que hay retraso en los pagos, pues en su caso no le han pagado lo correspondiente a marzo y una quincena de abril.
“La quincena pasada creí que me iban a depositar todo lo que me debían pero nada más fue el pago de una, este es un problema que también pasa en otros estados y esa es una violación a la norma.
“Se tienen que pagar servicios, renta, transporte y comida y es difícil tener otro trabajo estando en la residencia”, lamentó.
Finalmente, confesó que en su primer año de residencia se sintió maltratada por un médico cirujano quien la criticaba por haber elegido estudiar medicina interna.
Lo tengo grabado, me dijo: eres mujer, a qué otra cosa puedes aspirar si no es a la medicina interna. Ni modo que vayas a ser cirujana. Ese mismo médico después me acosaba, que si tenía novio, esto frente a compañeros que no hacían nada por miedo. Gracias a Dios ya no está en el hospital“, concluyó.
Cumplimos con la normatividad, señala director del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío
En el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío se aplica la Norma Oficial Mexicana que regula la organización y funcionamiento de las residencias médicas. Las reglas fueron emitidas por el Consejo de Salubridad General.
Juan Luis Mosqueda Gómez, director del Hospital, aseguró que recientemente se reunió con todos los médicos residentes para darles a conocer cómo y ante quiénes pueden exponer sus inconformidades. En el mismo encuentro les dijo que no se tolerará el maltrato a los residentes.
Un recurso es presentar la queja ante el Comité de Ética y Resolución de Conflictos al interior del hospital.
Este comité es independiente de las autoridades del hospital precisamente porque las denuncias pueden ser de los mismos compañeros, de superiores e incluso de directivos, precisó Mosqueda Gómez.
La norma vigente no hace diferencia por sexo o género en cuanto a las áreas de descanso o residencias, por ello son mixtas.
Sería muy complejo que dijéramos aquí entran hombres y aquí mujeres y si alguien me dice, yo soy hombre pero me percibo como mujer, vamos a entrar a temas más complejos.
El Hospital de Alta Especialidad ubicado en León cuenta con suficientes áreas de descanso destinadas por servicio en las cuales los residentes pueden asearse y tomar un descanso si sus actividades se lo permiten cuando están de guardia, asegura el doctor Juan Luis.
En cuanto a las horas de trabajo y estudio de los residentes, agregó que la historia de las especialidades y de las residencias médicas ha sido de horarios de trabajo que podríamos calificar incluso de inhumanos, “afortunadamente ha habido cada vez más una transición a una mejora y respeto de los derechos humanos”.
“No es sencillo adaptarse”, a ser residente en Hospital General de León
Como demandantes definió sus horarios, sobre todo en los días de guardia, un residente de segundo nivel de medicina interna en el Hospital General de León.
El médico egresado de la Universidad de Guanajuato reconoció que eligió una carrera en la que ni terminando la residencia dejara de estudiar si aspira a ser un buen especialista.
Creo que sí se podrían mejorar las condiciones para los médicos residentes, tengo poco más de un año y al inicio no es sencillo adaptarse a las largas jornadas y a la carga de trabajo pero este que es un hospital que atiende urgencias por lógica llegan muchos pacientes.
Elegí este hospital porque aquí mismo hice el internado y coincido con que es un hospital universitario, creo que en gran parte es gracias al trabajo y dedicación de los residentes que sale el trabajo”, mencionó.
Compartió que la beca quincenal que recibe es de cerca de ocho mil pesos, la cual gasta en transporte, comidas, pago de servicios de la casa de sus padres con quienes vive y otros gastos personales.
Vivo en León con mis papás y no tengo la necesidad de pagar renta porque sé de otros compañeros para quienes es todavía más difícil solventar más gastos y hacer rendir la beca porque con los horarios que tenemos no se puede tener otra fuente de ingresos”, enfatizó.
El médico dijo que entre residentes de mayor nivel llega a haber maltrato hacia los residentes de primer nivel, sobre todo hacia las mujeres, situación que también consideró se ha normalizado.
“Desde que estás en esta carrera sabes que te vas a enfrentar a desafíos y dificultades, más en el sector público porque a veces no se tiene lo necesario para trabajar hasta la falta de algunos medicamentos y a eso a veces sumarle el maltrato. A mí no me ha tocado, si hay algunas diferencias pero hasta ahí”, admitió.
HEP