Guanajuato.- En el estado existen alrededor de 700 menores que viven hoy en día en las diferentes Casas Hogar de la entidad con la esperanza de que se les restablezca el derecho de tener una familia.
Sin embargo, las posibilidades de ser adoptados son mínimas, debido a los rigurosos trámites que existen en la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Guanajuato y en el Código Civil estatal.
Además de que si el niño ya supera los 5 años de edad, las probabilidades indican que es prácticamente imposible que encuentren un hogar.
Por lo que activistas consultados por AM señalaron la gran importancia de flexibilizar el proceso de adopción en el estado para reparar el sueño de muchos pequeños y jóvenes sin hogar, en el marco del Día Mundial de la Adopción que se conmemora el 9 de noviembre.
Esta fecha ayuda a visibilizar la realidad de estos menores que tienen una probabilidad muy baja de ser adoptados”, comentó José Luis Palacios, representante de la asociación civil Familias de Corazón Guanajuato.
El también padre adoptivo explicó que el 60 % de estos jóvenes tienen más de 10 años de edad, pero al cumplir la mayoría de edad salen indefensos a la vida independiente, por lo que generalmente regresan a la condición de vulnerabilidad social de la cual se trató de salvarlos.
“Es lapidario, pero la única manera de rescatar a un huérfano es reintegrándolo a una familia, a la que tiene derecho, ni la mejor Casa Hogar puede sustituir al seno familiar y la ley en Guanajuato está destinando a los menores a que estén en Casas Hogar”, dijo.
Calcula que aproximadamente tres de cada cuatro jóvenes que nunca fueron adoptados vuelven a los hogares en los que estaban expuestos a la violencia, vulnerabilidad social, pobreza o narcomenudeo.
Piden que no se olviden de ellos
Karla Ivonne Cano Torres, directora de Casas de acogida Ciudad del Niño Don Bosco y representante de la organización Adopción, hijos del corazón, conoce mejor que nadie la urgencia que se requiere para apoyar a estos pequeños que están desamparados.
Se deben agilizar estos procesos, legalmente te dicen que una vez que entregues toda tu documentación a los 40 días te tienen que dar una respuesta, pero en la realidad pasan años”, indicó.
Al menos cinco jóvenes con quienes la activista convive a diario le pidieron externar sus mensajes hacia la ciudadanía al ser su única portavoz con el mundo exterior.
“No se olviden de los niños que tenemos sueños y que estamos en Casa Hogar, a mí me olvidaron por más de 10 años”; “tengo 16 años y sigo en espera de una familia”; “quiero ser un niño normal fuera de aquí”, compartió.
Soy feliz aquí, pero creo que estaría mucho mejor con una familia, no importa si solamente es una mamá o un papá”; “tuve que esperar 15 años para poder estar con una familia y estoy a días de cumplir 18 años y todavía legalmente no tengo una”, añadió.
Es un viacrucis para adoptar
José Luis Palacios, representante de mamás y papás adoptivos, vivió en carne propia el aguantar un desgastante proceso de siete años para concretar dos adopciones.
“Es muy difícil tener tiempo, recursos, paciencia y dinero para poder caminar tanto tiempo para un proceso de adopción”, mencionó.
De acuerdo a sus estadísticas recabadas, en Guanajuato la tasa de deserción es del 45 por ciento de todos aquellos que iniciaron un trámite para adoptar.
Mientras que el 55 por ciento de solicitantes sí tienen un certificado de idoneidad, el cual es el documento que te valida para adoptar, pero prácticamente el 95% de ellos quieren un niño menor de cinco años, así que la espera se hace eterna.
Es bien difícil entusiasmar a más personas para adoptar, ahora los jóvenes quieren perros y gatos. Y los pocos que quieren acoger o adoptar pasan por el viacrucis de los trámites, el sistema está diseñado para que esos niños se sigan acumulando”, indicó.
“Hay quienes les otorgan su certificado de idoneidad, pero tiene una vigencia, en ese proceso a veces vence y ya no hay un seguimiento”, añadió Cano Torres.
¿Qué tiene que cambiar de las leyes?
Los activistas explicaron que la ley debe modificarse principalmente en agilizar, flexibilizar y priorizar el derecho de los menores a tener una familia; un tratamiento diferente para menores a partir de los 12 años de edad, con la oportunidad de formar redes de apoyo.
También que las familias que ya adoptaron se les facilite una segunda adopción sin la necesidad de hacer todo el trámite desde cero; escuchar al menor en los Centros de Asistencia Social sobre sus preferencias para con quién ser adoptado.
Y por último que la ley permita que los padres de familia solicitantes puedan tener encuentros con los menores para crear redes de apoyo, ya que actualmente está prohibido.
El modelo de adopción tendría que cambiar para que pudiera verse a las familias que quieren adoptar, no como potencialmente gente mala, sino como realmente gente buena”, dijo Palacios.
Además recalcó la importancia de darle apertura a los adolescentes de 12 años en adelante, para que puedan incursionar en aspectos sociales, familiares, empresariales desde temprana edad y así formen un proyecto de vida.
“En otros países pueden ellos mismos buscar entre las listas de personas o familias con certificados de idoneidad, pero aquí son cajas negras, el reglamento impide absolutamente que pueda haber cualquier contacto de un menor con el mundo exterior”, apuntó.
El activista se encuentra preparando una iniciativa popular para pedir que la actual legislatura intervenga y se hagan estas modificaciones.
Falta trabajo institucional
La directora de Casas de acogida Ciudad del Niño Don Bosco señaló que en su experiencia como trabajadora social, falta mucha profesionalización de todas las instituciones que tienen participación con los menores.
Tan sólo aquí en el estado de Guanajuato, se cuentan las personas que sí saben de adopción. Es muy poco cuando se da por entendido que todos los trabajadores sociales, los psicólogos o maestros conocen del tema”, dijo.
Karla Ivonne Cano Torres, recordó que a pesar de cualquier esfuerzo de los Centros de Asistencia Social, todos los menores están bajo la custodia de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado (Pepnna).
“En Guanajuato hay una procuraduría y una subprocuraduría, incluso una procuraduría en cada municipio, pero ni siquiera esta triada es suficiente para los jóvenes que están institucionalizados, la calidad de atención disminuye, en ocasiones acuden a verlos una vez al mes cuando ellos están 24/7”, cuestionó.
AAK