Como lo he dicho una y otra vez, OITNB no es una serie de mujeres para mujeres, es una serie para TODOS. Humaniza a una parte de la población que NUNCA pasa por nuestra mente y aborda problemas universales como el racismo, el dinero, las adicciones, el amor, la traición y la sexualidad.
La serie cuenta la historia de Piper Chapman, una mujer que se ve obligada a abandonar su placentera vida en Nueva York al ser condenada a 15 meses en prisión. Con la relación con su prometido y el resto de su familia en pique, el personaje al que interpreta Taylor Schilling se reencuentra entre rejas con Alex Vause, su exnovia y la causante de que se vea condenada a ese duro periodo de reclusión.
Esta historia está basada en hechos reales. Su protagonista real fue Piper Kerman, autora de la novela que tiene el mismo nombre que la serie en la que cuenta todas sus experiencias vividas en la cárcel. A pesar de contar con Piper como centro de las tramas en la ficción, esta divertida comedia producida por Netflix y creada por Jenji Kohan se ha ganado el favor de público y crítica por ser un proyecto de tramas corales, con unos personajes a cada cual más desequilibrado que sirven de contrapunto a la aparente sobriedad de la protagonista.
Si no la has visto, seguramente has escuchado de ella. Y si nunca te has animado a darle una oportunidad, es hora de que lo reconsideres.
Personajes dinámicos
Podría decir que la mayor fortaleza de OITNB es la forma en que los personajes se desarrollan a lo largo de la serie. Sería difícil encontrar un personaje unidimensional en el show ya que lentamente revela las dificultades previas que hicieron que cada prisionera sea la persona que es en prisión.
Crazy Eyes puede orinar en el suelo para marcar su territorio, pero de repente la escucharás recitando a Shakespeare o teniendo las escenas más adorables del show. Al final del día, cada personaje es un ser humano, y como tal, tiene una historia qué contar.
Al final, todas se parecen
Piper no se la pasa destacando las diferencias entre su pasado y el de sus compñajeras, pues al final el enfoque de la serie se enfoca en las similitudes.
Su ex novia, Alex, señala rápidamente que Piper tomó la decisión de infringir la ley, por más enamorada que haya estado. Y a medida que se desarrolla la trama, vemos cada vez más personajes haciendo énfasis en que a menudo una pequeña acción es lo único que separa a los reclusos de sus carceleros.
Relaciones femeninas fuertes
La serie ha recibido mucha atención por su enfoque sin restricciones sobre las relaciones sexuales femeninas, pero hay que admitir que éstas son mucho menos notables que lasvariaciones de la amistad y la dinámica de poder entre los personajes femeninos.
Red, por ejemplo, gobierna la cocina como una dictadora, pero ofrece un amor maternal maduro para su “familia”. Sophia, una mujer trasgénero con una esposa y un hijo forma un vínculo único con una monja de la tercera edad. Estos vínculos tan profundos entre mujeres conforman la parte más compleja del show, y es un gran ejemplo a seguir.
Gran humor, a pesar del grama
El programa puede abordar grandes problemas como el racismo, la homofobia y la drogadicción, pero el humor oportuno reduce la intensidad y nos permite sumergirnos en una prisión para mujeres sin salir de la experiencia con una terrible depresión.
El humor situacional no trivializa la lucha de las reclusas, una hazaña que pocas series han logrado.
Las mujeres pueden ser tan terribles como los hombres
Las mujeres son las que golpean a la gente, las que venden drogas; algunas por una buena razón, otras por ambición y falta de corazón.
Hay personajes verdaderamente terribles y fríos. Y en la prisión TODO se vale; desde venderse entre mujeres por una sábana, hasta hacer una competencia de “quién se acuesta con más mujeres en prisión.”