En las campañas políticas se muestra al electorado la información sobre los partidos políticos que contienden, la de sus candidatos y la de sus propuestas. Las campañas negativas o de contraste, se enfocan en resaltar las diferencias en el desempeño, en el posicionamiento y en la trayectoria de los contendientes.
Las campañas negativas suelen servir como un termómetro de la contienda electoral, al revelar qué tan reñida se encuentra la competencia, ya que, a mayor número de spots negativos, esta es más cerrada.
En cambio, también existen las campañas negras, las cuales buscan infringir un daño en la reputación y credibilidad de los políticos. Dos particularidades le distinguen, difaman (se construyen sobre hechos falsos), y se hacen bajo el anonimato de las redes sociales.
Las campañas negras al estar encaminadas a la denostación del adversario y a la afectación de los escenarios sociales, terminan por generar confusión, rechazo, hastío de los electores por las campañas políticas, desconfianza en las instituciones y una afectación permanente del statu quo; sobre todo, cuando al pasar el tiempo los hechos no son como lo dijeron. Al final la verdad se impone.
En los medios impresos y en los electrónicos no se permiten los mensajes anónimos o con seudónimos, y desde luego ni los insultos. De las fake news (noticias falsas), que han perdido efectividad ante una sociedad cada vez más informada y ante la puesta en marcha de la plataforma “Verificado”, que es el proyecto colaborativo de verificación de discurso y contra noticias falsas, cuenta con la participación de más de 60 medios informativos, organizaciones civiles y universidades en todo el país, además del apoyo de Facebook, Google News Lab y Twitter, entre otros. Se pasó como nueva estrategia de campaña, al ejercicio de un ejército coordinado de usuarios en las redes sociales que opinan sobre todo lo relacionado a su candidato, lo defienden y también atacan.
Tal ejercicio altera el ánimo social de los usuarios, al distorsionar por completo el verdadero sentido de las cosas. Los usuarios al interactuar con
tantos perfiles, terminan siendo manipulados en su opinión y en su percepción según el interés del equipo de “redes” de tal o cual candidato.
Las campañas en redes sociales, buscan incidir en la decisión primaria de voto del ciudadano, ya sea para que esta se mantenga, se fortalezca o se debilite. Los elementos racionales proporcionados por cada equipo de campaña, sirven no solo para justificar su voto para determinado candidato, sino además para intentar convencer a otras personas.
Los principales usuarios de las redes sociales se encuentran en el rango de 18 a 37 años, que representan 40 por ciento de la lista nominal con un potencial de votos de poco más de 19 millones. La internet y el generoso segmento de votantes que hace uso de ella, son indudablemente definitorios de cara al 1 de julio.
Twitter: @David_Tenorio