Hace tiempo creía que para erradicar los problemas sociales como violencia, corrupción, injusticia y narcotráfico, y restar fuerza a los entes políticos y gobernantes que han abusado del mundo y la humanidad, no había que hablar de ello, había que ignorarlos.

Resultaba paradójico, pues como periodista sugería a cuanta persona me encontraba, no leer, no ver y no escuchar noticias, ya que de ahí deriva toda esa desesperanza, abuso, corrupción, violencia, miedo e ignorancia que se busca cambiar.

Con todo eso que pensaba, había algo que no me cuadraba. Era confuso y hasta pensé en dedicarme a otra cosa. Sin embargo, al tiempo me llegó un entendimiento, una corazonada,  que me ayudó a calmar ese conflicto en mi mente.

Y bueno, esto fue lo que me llegó, de forma sencilla y práctica: “Eleva tu conciencia por encima de tus pensamientos y emociones, abre tu corazón, reconoce, honra y agradece la actual realidad. Abraza con las religiones, los sistemas políticos, gubernamentales y problemas, pues todos los sistemas fueron útiles y necesarios para llegar hasta este momento, que es TU DESPERTAR Y EVOLUCIÓN”.

Si no hubiese pasado toda la historia, hoy no estaría emergiendo esa conciencia que emerge y cimbra la superficie, transformándonos y transformando eso oxidados sistemas, sus paradigmas, creencias y estructuras: esa consciencia eres TÚ. Eres una SEMILLA ESTELAR. 

LO NEGATIVO YA ESTA… AHORA ES MOMENTO DE IMPREGNAR LA REALIDAD CON POSITIVIDAD PARA QUE AMBAS ENERGÍAS SE JUNTEN Y SE PRODUZCA ESA ALQUIMIA QUE SE LE CONOCE COMO “LUZ”.  

“El despertar de la consciencia no es decir ‘ya basta de lo que fue y empecemos desde cero’. Es abrazar todo lo que fuimos, esa base en la que nos cimentamos a través de nuestra historia como humanidad”, dice Matías de Stefano, un ser niño índigo argentino.

Suele pasar que muchas veces los que ayudamos a abrir consciencias, estamos en contra de los sistemas pues nos sentimos engañados, lastimados y abusados. Nos damos cuenta que cuando más en contra estamos, más esfuerzo se hace avanzar.

Abraza las religiones, los gobiernos, las costumbres, todas tus historias y experiencias… incluso abraza con tu corazón a todos esos seres que han estado ahí aprovechándose de las diferentes razas que hemos encarnado en Gaia (el planeta tierra), pues estas historias nos han permitido coexistir y llegar hasta este momento que recordamos y traemos a esta tercer dimensión al nuestro ser crístico.

Cuando abrazas esas viejas realidades, con tu consciencia, las invitas a transformarse junto a ti y junto a todos. Reza un viejo proverbio: “A la oscuridad (inconsciencia) no se le combate, se le ilumina (con conciencia)”.

Lo que estás haciendo es conciliar, unir dualidades dando ese chispazo que nos lleva a la iluminación individual y colectiva. Ya no basta solo centrarnos en el positivismo. Ahora es traer también el otro polo, el negativo a través de las vivencias colectivas o individuales, para fusionar estas dos energías y encender la luz, como cuando entras a tu recámara y accionas el switch. 

TODOS SOMOS UNO 

Somos como un organismo y todo lo que está en él trabaja para que este organismo siga funcionando. Entonces, cualquier cosa que hagamos repercute en alguna parte del ser, en este caso del planeta. 

Por ello no podemos ir en contra de nuestro propio cuerpo pues de lo contrario desarrollaríamos cáncer, en este caso un cáncer social, aunque esto también ocurre en el cuerpo físico.

Un tip final: sigamos desaprendiendo y rompamos con consciencia los paradigmas que nos han hecho creer. Hoy estamos dejando atrás viejas formas de hacer las cosas, rituales y métodos que en su momento funcionaron, pues también requieren evolucionar. 

Reaprendamos más de los niños, ellos son grandes maestros, pues para entrar al reino de los cielos (que es un estado de consciencia y no un espacio alterno del que hablan las religiones) hay que ser niños.

Estamos en sincronía.

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