Abrumado, en un constante caos mental, sin brújula y con miedo, así vivía hace ocho años; entre tanto desorden, algo dentro de mi susurraba la urgente necesidad de terminar con ese caos para sentirme mejor conmigo y los demás.
Fastidiado, miré mi casa y corroboré el reflejo del caos interno: zapatos, tenis y ropa sucia tirada; platos, vasos y utensilios sucios en el fregadero; polvo por todos lados, objetos rotos y papeles desparramados; la cama destendida, pilas de periódicos…
Recuerdo que en esos tiempo tenía un viejo televisor de 29 pulgadas en el que solo se veía un canal. Me lo regaló la señora que me alquilaba la casa. Era para mi el aparato electrodoméstico más valioso, pues, era la única compañía para apalear la soledad que sentía cuando llegaba a casa después del trabajo.
Me daba miedo deshacerme del televisor o de los periódicos atirborrados, por fecha, pues, estos ultimos representaban mi identidad y el trabajo periodístico de años.
EL FIN DEL CAOS
Fue a mediados de 2011 que conocí a Keenuane Umai, una maestra del corazón quien se convirtiera en parte de mi familia galáctica, en el taller “11:11 Viviendo Vidas Verdaderas”, sin saber de la situación que atravezaba me sugirió hacer una limpieza profunda de ser y pensamiento, una renovación, que incluyera todo.
Con resistencia y escepticismo llevé al caos a su punto máximo para colapsarlo, es decir, generé más caos al concentrar, en un solo punto, todo lo que tenía que arreglar para que así no hubiera otra opción más que ordenarlo. Es así que tuve la oportunidad de transformar y limpiar mi casa y mi vida. Tardé una semana.
ENTRE MÁS SUELTAS, MAS TE HA DE LLEGAR
El viejo televisor quedó, junto con muchas otras cosas, en la entrada del la casa. Aún tenía ese sentimiento de no querer tirar ese aparato electrodoméstico, pero, era necesario. Fue entonces que recordé la frase que dice “entre más sueltas más te ha de llegar”.
No tenía nada que perder, pero si mucho que sacar. No solo desempolvé mi casa, también, REMOVÍ LA ENERGÍA ESTANCADA en mi y en mi espacio físico, disponiendome a fluir y estar abierto a la totalidad de las posibilidades.
TODO SE RENOVÓ
A los tres meses llegó, recuerdo, una pantalla nueva de 32 pulgadas en la cual disfruto ver películas. Mientras la pila de periódicos, junto con ropa vieja sirvió de donativo para una veterinaria.
Gracias a esta lección, entendí que el acumulamiento antiguo de objetos, prendas o aparatos, que no se ha usado en un largo tiempo y que suelen estar en cajas, armarios, muebles, garajes, incluso, en la computadora son un reflejo de lo interno, del pasado y de las viejas emociones y sentimientos que se apoderan del presente y esto, a la vez, evita que nuevas oportunidades, cosas o personas entren a tu vida.
El miedo al cambio y a la carencia se disipó y llegaron oportunidades en todos los aspectos y sobre todo claridad, estabilidad y consciencia.
La conclusión y sugerencia, es que en este inicio de 2019 puedas renovarte a cada instante y ver también que el caos te brinda esa oportunidad. Es algo tan sagrado y sutil.
Cuando hice esta renovación de mi casa y de mi interior agradecí a cada momento por los objetos o ropa que me deshacía y que en algún momento me sirvieron.
Les comparto está frase de Louise L. Hay:
“Los armarios atestados y desordenados reflejan una mente en desorden.Mientras limpias los armarios, dígase que está limpiando sus armarios mentales, pues, al universo le encantan los gestos simbólicos. Haga lugar para lo nuevo sí, haga lugar para lo nuevo”.