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Quien emitió un decálogo para que el bienestar emocional no se vea afectado por el coronavirus, incluido vencer al aburrimiento y apatía con actividades recreativas, fue la diputada local morenista Roxana Montealegre, y se agradece, pero quienes se quedaron sin ventas o empleo a consecuencia de la pandemia, y la inacción de la #4T, ¿tendrán cabeza para seguir sus recomendaciones?
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Donde entre 80 y 90 por ciento del personal tuvo que regresar a laborar a partir de ayer fue en Radio y Televisión de Hidalgo, pues la emisora del gobierno estatal “se veía muy sola”, según dijo Raúl Sánchez, quien llevó el recado del director general, Cristian Guerrero. A decir del personal, esto contraviene un oficio donde se les permitía hacer guardias para evitar contagios por coronavirus.
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La primera sesión virtual del Congreso del Estado se convirtió en todo un reto técnico, sobre todo porque existen representantes populares que ni siquiera saben encender el micrófono de su computadora, como la experredista Areli Miranda Ayala, quien desapareció constantemente durante la transmisión de ayer y cuando daba señales de vida, permanecía distraída con su teléfono móvil.
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Sobre el dejo de corrupción que persigue al presidente municipal de Atotonilco el Grande, José Luis Baños Cruz, por el desabasto de agua y la opacidad contractual de las pipas repartidoras que venden el vital líquido a la población entre 900 y mil 200 pesos, todo apunta que sería un consanguíneo del alcalde el beneficiario de toda esta situación, que se presenta en plena emergencia sanitaria.
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Explicación no pedida, culpa aceptada. Y es que el alcalde panista de Xochiatipan, Manolo Gutiérrez, anunció un programa alimentario para encarar la fase tres de la emergencia sanitaria por coronavirus, que consiste en dotar con despensas a las mujeres en sus distintas condiciones económicas y sociales. Aunque nadie le preguntara, insistió que no se trata de un programa político, ¿será?
ACLARACIÓN
Los comentarios expresados en esta columna de opinión no son una información noticiosa o necesariamente verídica. Forman parte de los dichos, trascendidos o comentarios que se escuchan en los pasillos políticos, gubernamentales y sociales.