A lo largo de estas semanas se han hecho notar distintos temas que intervienen en las agendas del sector denominado “Feminista”, como la despenalización del aborto el cual escaló hasta la máxima Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual el pasado 7 de septiembre a través de un fallo, declara inconstitucional una ley del estado de Coahuila en este tema, constituyendo un precedente para la legalización del aborto probablemente en todo el país.
Es importante destacar que el tema del aborto se centra de acuerdo a este movimiento “en la capacidad de decidir de las mujeres” sin embargo, se pierde de perspectiva la decisión de las y los médicos de realizar o no está práctica partiendo del “Juramento Hipocrático” que inicia con lo siguiente enunciado: “Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad”, por lo tanto, ¿Qué pasará cuando una o un médico no está de acuerdo con la práctica del aborto y se presenta ante él o ella una mujer para realizar esta acción? ¿Está obligado u obligada a realizarlo?.
Lo anterior no se trata desde la óptica religiosa claramente que como siempre es el ataque directo a las personas que no coinciden con esta convicción, se trata de abordarlo desde un punto de la conciencia de cada ser humano, por ejemplo Benjamín Libet, pionero científico en el campo de la conciencia señala que esta, puede ser descrita como el juicio reflexivo por el que cada persona distingue interiormente el bien del mal, la actuación correcta de la incorrecta, la acción honesta de la deshonesta, la conducta ética y moral de la inmoral. La conciencia designa los compromisos éticos últimos de una persona: los mandatos éticos son experimentados como obligatorios para quienes creen en ellos, por lo tanto es una apreciación constante y universal que la conciencia no es ni un simple deseo ni un mero capricho.
Históricamente, existe el registro de al menos cuatro olas del feminismo, las cuales de acuerdo a cada momento en el ideal, tendrían que ir transformando las necesidades del movimiento, sin embargo es importante decirlo, hay propuestas que si se analizan desde distintas perspectivas como es el caso del empoderamiento de la mujer y la exigencia de sus derechos se ha perdido la causa o se ha malinterpretado. Anteriormente las feministas que iniciaron este movimiento, derrocaron el patriarcado a través de la negociación, en las mesas de poder con los hombres de poder. Hoy solo se quedan en exigencias a través de pintas y destrucción de calles y una movilización masiva en redes sociales sin sustentar del todo lo que se exige, sin lenguaje o acciones critico convincentes que identifiquen, describan, expliquen, denuncien o transmitan la injusticia, persecución u opresión de las mujeres como afirmaba en su momento la distinguida activista y teórica influyente en políticas de sexo y género Gayle Rubin.
Hoy el tema del aborto, claramente se encuentra dentro de la agenda pública convirtiéndose en tema político que es bastante conveniente para algunos grupos en el poder y que en algunos Estados del país, pasó la aprobación de forma directa sin que los partidos políticos que podrían argumentar con bases sólidas la negativa, se abstuvieron del voto, mientras que los diputados que promovían esta iniciativa se quedaron cortos en sus argumentos para defender este “derecho” y aun así ya es ley.
El tema de “Derecho de Conciencia”, que ahora también se pone sobre la mesa, algunos mencionan que, “Las nuevas generaciones ya están más adaptadas a este cambio. Pero los médicos adultos luchan mucho contra sus principios morales”, sin embargo a través de redes sociales se han hecho presentes jóvenes que inician sus estudios en el ámbito de la medicina y que no coinciden con esta práctica.
De lo anterior no solo se trata despenalizar la práctica, también incluye pensar en la manera en la que los centros de salud o garantes de esta, tendrán las condiciones necesarias para realizar esta práctica que aun y siendo legal no deja de ser peligrosa; por otro lado para el caso de las universidades que cuentan con la carrera universitaria de medicina, según los expertos, la educación médica en México por lo general no incluye entrenamiento extenso sobre cómo realizar abortos seguros.
Y finalmente lo cierto es que el tema ya es una realidad y al carecer de todos esos proceso que de cierta forma tendrían que ser garantizados como Derecho a la Salud, hoy también es una realidad que la creación de instituciones privadas que realicen la práctica del aborto será uno de los más grandes negocios a mediano y largo plazo.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.