En tiempos recientes, a le gente, en cualquiera que sea el ámbito, le ha dado por autodefinirse como inclusiva o inclusivo. Instituciones públicas, privadas, gobiernos, empresas, proyectos culturales, colectivos e individuos, todos se asumen ya, como entes inclusivos.
Pero, si nos detenemos a estudiar a cada entidad que se autodefine como tal, veremos que de la mayoría, solo queda en una buena intención, reducida a un mero eslogan, una simple frase que parece vender empatía.
El Diccionario de la Real Academia, otorga a “inclusivo”, la siguiente definición: “Que incluye o tiene virtud y capacidad para incluir.” Esto se convirtió en una tendencia social, actuar de forma contraria a lo exclusivo. El Diccionario, define a “exclusivo”: “Que excluye o tiene fuerza para excluir”.
Pero, para lograr ser inclusivo, es necesario tener más que buenas intenciones. Este, es el caso del Festival Internacional Cine de América en Hidalgo (FICAH). Desde su primera edición, en 2017, este evento cinematográfico ha borrado la etiqueta de exclusividad a un festival de cine.
EL FICAH ha actuado con congruencia, alejándose del simple y vago discurso lleno de palabrería. Desde su primera función inaugural, realizada en el majestuoso Auditorio Gota de Plata de Pachuca, el acceso fue gratuito, abierto a todo el público. Y así, todas las funciones presenciales han sido gratuitas, sin ningún tipo de restricción.
Ahora, en la era virtual del FICAH, se mantiene la gratuidad en su programación ofrecida en la plataforma Vix. De esta manera, el Festival, no distingue estrato social, cultural o económico para acceder al mismo. Con ello, se logra ser inclusivo, en la amplitud del concepto.
El espacio para las y los cineastas, es de la misma forma, inclusivo. El espacio que ha creado el FICAH ha logrado no segmentar a quienes participan, ni por sexo, ni por género, ni por edades. La única segmentación que usa este evento es la de la división natural entre corto y largometraje; documental y ficción.
Particularmente, me sorprende que se celebre cuando un evento, cualquiera que sea, se defina como “inclusivo”. Hasta hace muy poco, se celebraba ser “exclusivo”, es decir, limitar, cercar, acotar. Y esto último, es lo que hacen un gran número de entidades en la cultura y en el cine, cuando se autodeterminan como inclusivos, delimitan, cercan y acotan sus espacios.
La programación del FICAH, es el más claro ejemplo de su naturaleza inclusiva. Son más de cuarenta películas disponibles hasta el 26 de septiembre, en la plataforma Vix, para todo México y toda Latinoamérica.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.