Este término podría solo referirse a lo económico, pero no es así, aunque todos necesitamos llevar una mejor balanza financiera.

Se trata de liberar espacio y no llenarnos de artículos, sentimientos, etiquetas y críticas nada más porque sí. Si lo vemos desde una perspectiva económica, generamos desde ese punto de partida varios pretextos para hacernos de artículos innecesarios: “El que tengo es muy viejo”, “de ese color no tengo”, “siempre quise uno así” o simplemente lo que tenemos ya no nos gusta.

Después, todo termina abandonado y parecemos coleccionistas en lugar de personas con un balance estratégico entre lo que en realidad necesitamos y las compras impulsivas. Toda esa energía acumulada nos roba paz; si quieres tener solo aquello que es necesario, debes empezar por liberar espacio para dar paso a lo que en verdad es básico.

Evitar comprar todo lo innecesario no solo se refiere a cosas materiales. También me suena a que muchas veces nos “compramos” las críticas, malas vibras o incluso la indiferencia de otras personas. Nos llenamos de suposiciones sobre aquello que, creemos, piensan de nosotros.

No nacimos para complacer a todos en cualquier área de la vida, sino para llevar una existencia llena de paz, a eso le llamo felicidad. En este sentido, tus opiniones deben tener más peso que las suposiciones que realizas de los demás, aquellas que solo están en tu cabeza y que la mayor parte del tiempo son imaginarias. Incluso, si al final resultaran ciertas, no necesitas dar explicaciones a nadie.

No “compres” lo que no necesitas. Si otros quieren tachar como defectos algunas de tus acciones, no te preocupes, “que se te resbale”. Solamente tú sabes quién eres y si hay algo que te molesta de ti, intenta cambiarlo por iniciativa y beneficio propio, no para acallar los señalamientos de los demás.

En esta vida cada quien viene por su boleto, cada quien viene a cumplir sus sueños, sus metas, si escuchamos demasiado a los otros olvidamos lo que en verdad queremos o nuestra esencia personal, que es como nuestro sello.

Es muy fácil: para no “comprar” lo que no necesitas es indispensable fijar tu atención y centrarte en ti. No te distraigas con otras personas, cosas, acciones ajenas. Otorga lo que eres capaz de dar, es decir, si quieres respeto, respeta a los demás.

Si en verdad quieres tener paz mental debes empezar a fijar tu atención en tus necesidades y en ti para que así cada día estés más cerca de ser la mejor versión de ti mismo.

ACLARACIÓN                                               
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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