Todos tenemos derecho a tener una opinión sobre algo, sin embargo, cuando se es una figura pública, nuestras opiniones pueden tener un peso importante ante la audiencia a la que uno se dirige, por eso debe haber responsabilidad con lo que sale de la boca, cosa que Yuri no ha tenido conciencia, sobre todo sobre temas de derechos humanos.

La adopción es una forma en que un menos de edad que ha quedado en orfandad puede tener una familia adoptiva y pueda crecer en un núcleo familiar, para que esto suceda, se realza un proceso estricto en el que se verifica que quien o quienes soliciten una adopción sean personas aptas para tener la custodia de una niña o un niño. Una pareja homosexual también debe cumplir con las condiciones que el proceso marca para tener la oportunidad de adoptar a un menor de edad y hacerlo su hijo, situación que personas conservadoras no terminan de entender y se oponen a darle una opción más a niños y niñas que se encuentran esperando tener una familia.

Yuri es una de las cantantes mexicanas más carismáticas y queridas por el público nacional, a pesar de haber tenido una pausa en su carrera, logró reponerse, liberarse de las etiquetas por sus excesos y dar una nueva versión de sí misma, incluso adoptó, ella conoce el lado de la moneda que se vive cuando buscas formar una familia con una hija o un hijo a través de la adopción, sin embargo, cuando se trata de personas homosexuales, para ella las reglas deben cambiar.

Como decía al inicio, todos tenemos derecho a tener un posicionamiento hacia algo, pero en su caso, su opinión contraria a la adopción homoparental la ha hizo promover una película que dentro de una trama ridícula, forzada y llena de estereotipos, retrataba a una pareja de dos hombres como incapaz de tener a sus cuidado a un niño. La película fue duramente criticada por la clara propaganda antiLGBT+ que muestra en la narrativa, ya que lejos de hablar sobre el proceso de adopción, se centra en mostrar personajes sobreactuados, llenos de atributos discriminatorios y burlescos.

A raíz de ello, la comunidad LGBT+ la declaró persona no grata, aunque esto de comunidad no es algo como una asociación o una población territorial, es común que quienes se identifican dentro de dicha población buscan tener diálogos y posturas sobre temas que les afectan. Por ello, en redes sociales se realizó la llamada cancelación a la cantante, en la que además de señalar sus argumentos homofóbicos, se invitaba a dejar de seguirla, evitar ir a sus conciertos y dejar de promoverla, debido a que principalmente la comunidad de hombres gay era afecta a seguir su carrera musical. Yuri es considerada una cantante gay, por la gran cantidad de seguidores que forman parte de la diversidad sexual, por ello causo mucha molestia su postura antiderechos.

Ella se excusa diciendo que a ella la maquillas, peinan y visten personas homosexuales, se le olvida que las personas negras le hacían de comer y atendían a personas blancas que les explotaban y eso no les hacía menos racistas. Lo mismo con Yuri, a pesar de tener trabajando con ella a personas homosexuales, no quiere decir que por ello no es homofóbica. Tiene derecho a pensar que la mejor formación familiar para un menor es con un padre y una madre, pero no debe sentirse con el derecho de promoverlo como la única manera para hacer una familia, porque de esa manera transmite un mensaje que se vuelca en discriminación hacia quienes siendo lesbianas o gays desean darle hogar a un infante.

ACLARACIÓN                                                
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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