Cuando inició el desarrollo y posterior aplicación de las vacunas contra COVID-19, los reticentes conspiranoicos argumentaron, entre otras cosas, que el biológico sería un arma de control social por parte de gobiernos confabulados con grandes corporaciones. El objetivo: mermar la voluntad individual y someterla a los designios e intereses de una élite de millonarios con afán de engordar sus bolsillos. 

Una de las razones por las que considero esas teorías como poco plausibles y en algunos casos (quizá muchos) hasta risibles, es que parecen requerir un esfuerzo adicional a los grandes empresarios cuando en realidad tienen que hacer pocas cosas distintas a las que ya hacen. 

Hace unos días uno de los hombres más ricos del planeta, el estadounidense Mark Zuckerberg, anunció el cambio de nombre de su compañía a Meta, que es el inicio de un proceso que prevé dure entre 10 y 15 años, para desarrollar el llamado metaverso, una especie de espacio virtual que amplía la experiencia digital individual con avatares presenciales e incluso elementos sensoriales. 

En el libro Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, Jaron Lanier, informático estadounidense que entre otras firmas trabajó para Microsoft, advierte que el modelo de negocios de Facebook utiliza los datos personales e información que los usuarios comparten en la red social para ofrecer a compañías la mejor forma de aproximarse a compradores potenciales, método que también ocuparía Google.

Es por ello que no es acto de adivinación lo que nuestros teléfonos hacen cuando te muestran publicidad de algo que sí te interesa pero por lo cual no hiciste una búsqueda en forma. Según lo que menciona Lanier, Facebook literalmente espía tus conversaciones y búsquedas (textuales y auditivas) para saber tus intereses y necesidades a fin de ofrecerte con rapidez una alternativa entre sus clientes. 

Debido a ello, además de los escándalos recientes por la falta de seguridad para la información de sus usuarios, algunos ya realizan advertencias sobre lo que podría ocurrir con el cambio a Meta, donde la base de datos podrá ser ampliada con expresiones corporales y respuestas fisiológicas que darán a las empresas más herramientas para vendernos algo.

Los riesgos que ello implica, sin embargo, no parecen generar el temor a un plan de control social como sí lo hicieron las vacunas. Es decir, las conspiraciones parecen no tomar en cuenta que la cotidianidad en la que nos desenvolvemos cuenta ya con mecanismos que buscan conducir las conductas individuales hacia un fin: comprar. 

De acuerdo con la filosofía de Donatien Alphonse François de Sade, o como le decimos los compas: Marqués de Sade, la naturaleza de los seres humanos tiende al hedonismo, es decir, la búsqueda del placer y su satisfacción, pulsión que puede ser reprimida por las normas y condiciones sociales en que nos desarrollamos, las cuales encubren los deseos reales de las personas.

Las obras de ficción, literarias y cinematográficas, son abundantes sobre la realidad virtual y sus mundos paralelos a la realidad corporal. La mayoría de ellas considera la posibilidad de que las personas seremos proclives a preferir habitar un espacio digital por las libertades que ofrece, especialmente por aquellas que satisfacen los impulsos hedonistas. 

Las estimaciones cronológicas de Zuckerberg para que Meta funcione a plenitud es un periodo de entre 10 y 15 años, una de las razones es que hace falta una mejor conectividad que llegaría con la red 5G, esa que, según algunas conspiraciones, nos pretenden insertar por medio de la vacuna contra COVID.  

Como dije al principio, soy escéptico de que las grandes corporaciones, como Facebook, quieran formar parte de una conspiración en la que busquen obligarnos o engañarnos para instalar y ampliar una red de comunicación 5G a fin de controlarnos. En cuanto Meta comience con la ampliación de sus servicios y para su uso sea necesaria dicha modernización, seremos nosotros quienes haremos fila para comprarla, después de todo, ¿quién no querría vivir en un mundo donde puede ser y hacer lo que quiera?, como decía Sade.

 

ACLARACIÓN                                               
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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