“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” Víctor Hugo

El camino se construye con esfuerzo, dedicación, respeto y riesgo.

Lo he visto, lo he presenciado y lo he llevado a cabo. Y creo que todo tiene que ver, por la manera en la que crecí.

Provengo de una familia de raíces Hidalguenses y Tamaulipecas. Una familia trabajadora y liberal.

Una abuela materna amorosa, dedicada al cuidado y bienestar de sus hijos. Una abuela paterna trabajadora, con una mano muy dura, que salió adelante gracias a la disciplina, dedicación, perseverancia y el apoyo de varias personas. Un abuelo paterno, policía, de carácter fuerte y de muchos sueños. Un abuelo materno, carnicero, comerciante, orgulloso de sus raíces y de las tradiciones de su tierra.

Me crió una mujer única en el mundo. Una educadora comprometida con la niñez, con su familia y con su gente. Una madre que puede tropezarse diez mil veces, pero siempre se levanta. Una maestra que siempre pidió cordura y respeto. Una mujer con disciplina de atleta olímpico. Una constructora y transformadora de sueños y realidades.

Presencié y viví el crecimiento de un gigante. Un padre de pocas palabras, de poco tiempo, de muchos abrazos y de muchos sueños. Un hombre de buenos hábitos. Un constructor de amistades y procurador de las mismas. Un Hidalguense, que siempre antepuso lo correcto, la verdad y su familia.

Mis tíos me guiarón por el camino del bien y me dieron lo que cualquier niño quisiera tener: tiempo y amor.

Provengo de una familia de clase media que salió adelante. Una familia que transforma realidades y construye sueños. Una familia que lucha.

Entendiendo el porvenir de la lucha, es qué debemos de estar presentes e involucrados. Debemos de hablar, consensuar y construir un cambio.

Un cambio más grande que nosotros. Un cambio en la manera de pensar y ver las cosas.

Necesitamos construir un México mejor. Un México con metas grandes y alcanzables. Un México que sea de todos y para todos. Y entendiendo la dimensión de la meta, debo de empezar por limpiar mi casa, y en mi caso, mi casa es Hidalgo.

Necesitamos construir un nuevo Hidalgo. Debemos de entender que Hidalgo necesita un cambio. Hidalgo nos necesita a todos.

Los jóvenes y los empresarios, debemos de involucrarnos en la construcción del futuro. En la reconstrucción del tejido social. En la transformación económica, social y política del país.

Es necesario, indispensable y fundamental, darle oportunidades de crecimiento y desarrollo a todos los Hidalguenses.

El día de hoy, las oportunidades son pocas y la necesidad es inmensa. El día de hoy, no hay piso parejo.

Para que todos los Hidalguenses puedan desarrollarse y aspirar a un mejor futuro, necesitamos irnos a las raíces. Hay que trabajar por todos y para todos.

He sido estudiante, productor agrícola y empresario. Pero antes que eso, soy hijo, sobrino, nieto, hermano, esposo, padre e Hidalguense.

Yo viví y vivo lo que todos mis paisanos merecen vivir: un Hidalgo de oportunidades.

Junto con el empresariado, la sociedad civil y el gobierno, propondré y lucharé por un cambio.

Hago un llamado fuerte y efusivo a todos los Hidalguenses. Es momento de unidad. Es momento de unirnos entorno hacia el cambio.

Todos debemos de constuir el cambio.

Por mi parte, comenzaré a construir un cambio con lo que tengo: Voz y pluma.

ACLARACIÓN                                               
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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