En este rollo del no juzgarse tanto, echo un ojo a eso de No compararse con los demás.
Soy una mamá inquieta, platicona, juguetona, intensa en ocasiones, me gusta salir y jugar fut (como puedo o me salga), o ponerme a leer con ellos, o a veces simplemente sentarme a ver que videos les gustan o que cosas juegan, aunque la mayoría de la veces no entiendo de que me hablan y que los personajes y que los mundos o que sé yo, pero también me gusta el orden, la cocina limpia y las camas tendidas, un poco de equilibrio no nos viene a mal, pero, la cosa en un principio no fue así.
Les cuento, con esa onda que me propuse de “ser mejor mamá” y que “hay que estar listo para lo que se venga”, por supuesto no podía faltar el, “mira ella como puede con todo”, leí y navegué todo lo que se me atravesaba, y eso, no fue tan buena idea, confieso que llego un momento en que me agobie, empecé a exigirme demasiado, parecía lograrlo, pero después de un rato, agota y aceptar eso tampoco esta tan fácil.
He sido y sigo siendo; repostera, costurera de disfraces, pinta caritas, organicé un curso de verano solo para ellos, elaboro marionetas, jugadora de juegos de mesa y muchas cosas más y verdaderamente, me encanta, lo disfruto enormemente, los veo felices y yo lo soy también, la cosa se complicó cuando de alguna forma me deje llevar por lo que veía en el ambiente donde estaba, mujeres super guapas, recuperaban la figura casi al instante, no las veía estresadas, tenían tiempo para trabajar, ir al parque, hacer tareas y estar en todo lo demás con una sonrisa de oreja a oreja, entonces me comparé, error garrafal, porque en mí realidad, no podía recuperar mi figura, andaba de malas, el trabajo y yo andábamos, pero como con sueño, funcionábamos, pero creo que no al cien.
Entonces un día dije BASTA, me acerqué a una de ellas y empezamos a platicar, vaya sorpresa, lo que yo veía en ellas, ellas lo veían en mí, empezamos a platicar de las cosas de otra manera, empezamos a compartir tips, a contarnos como nos sentíamos, a platicarnos las decisiones que tomábamos para las consecuencias o regaños, decirnos cómo nos costaba trabajo la dieta, que no nos daba tiempo de maquillarnos, ¡ah, que descanso! Me di cuenta, que la realidad era distinta a lo que veía, no juzgaba, me comparaba, si, probablemente ellas manejaban unas cosas mejor que yo, pero yo otras mejor que ellas, la crianza es un tema de aprendizaje, de compartir, de decir lo real para tener resultados reales.
Ellas me compartían algunas cosas y yo también, cada una hace lo que esta en sus manos, lo que esta en su alcance. Amo esta etapa, la disfruto y como decía hace una semana, aprendo de ella, cosa que es muy satisfactoria, darme cuenta de ese tipo de cosas, le quito presión a un concepto que no había entendido en su totalidad, hoy sé, que voy bien, estoy contenta con mis resultados, ¿me falta? claro que sí, pero en esa red de apoyo de mujeres reales, crezco con ellas y dejo de juzgarme comparándome con otras, pero si, si me comparo, me comparo con la Melina de ayer que seguro esta haciendo las cosas mejor el día de hoy.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.