Los primeros temas que se trataron en el cine de ficción de nuestro país, no fueron sobre la Revolución ni la Independencia sino sobre la Virgen de Guadalupe. El misterio o leyenda que envuelve sus apariciones fueron algo que los productores querían llevar a la pantalla para que el cine de México se pareciera más al cine Europeo, al cine -como decían ellos- “de a de veras”.

Fue en 1917 cuando se realizó Tepeyac (Carlos E. González, José Manuel Ramos), en donde veíamos a Pilar Cota interpretar a Guadalupe, una mujer que al recibir la noticia de que el barco en el que viaja su prometido ha sido hundido, busca consuelo espiritual en un libro que narra las apariciones guadalupanas. Su fe se ve recompensada con la buena noticia que su media naranja ha sobrevivido.

Realizado por cineastas amateurs, sin técnica alguna y sin ninguna pretensión, Tepeyac, es el largometraje más antiguo del cine mudo nacional que se conserva en la actualidad y el verdadero milagro es que se conserve en tan buen estado.

La Virgen de Guadalupe y sus apariciones han sido recreadas 7 veces dentro de nuestra cinematografía nacional. Una de las más conocidas es La Virgen que forjó una Patria (Julio Bracho, 1942), que narra dos momentos claves dentro de la historia de México: Las apariciones de la Virgen en el Tepeyac y el inicio de la Independencia por Miguel Hidalgo tomando como estandarte la imagen guadalupana.

Bracho nos narra las pláticas que tiene el cura Hidalgo con Allende y mediante esta conversación conocemos la leyenda de la aparición de la virgen al indio Juan Diego interpretado por el primer Ben-Hur del cine, Ramón Novarro.

Al parecer, contar con un buen elenco, (Gloria Marín, Domingo Soler, Ernesto Alonso, Julio Villarreal y al mismo Novarro) filmar estas dos historias tan conocidas y con una gran producción era todo lo necesario para que la gente respondiera satisfactoriamente. Pero no fue así. La cinta fue un fracaso en taquilla y hoy es vista más como curiosidad de nuestro cine que por su buena manufactura o memorable realización.

En el año 2006 se realizó el último intento por llevar nuevamente a la pantalla la leyenda guadalupana, esta vez con José Carlos Ruiz como Juan Diego. Se trata de Guadalupe (Santiago Parra), una coproducción entre México y España que narra la historia de dos científicos -uno de ellos arqueólogo-, que están dispuestos a encontrar la verdad detrás de las apariciones de la virgen hace más de 400 años. Obviamente después de toda su búsqueda, algo mágico cambiará sus vidas. Un milagro más de la morena del Tepeyac.

La verdad es que hasta hoy el cine nacional tiene una deuda con su público de entregar una digna película sobre éste tema al que tanta gente sigue y quiere conocer más profundamente.

ACLARACIÓN                                                
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo. 

 

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