Como olvidar aquel 02 de julio del año 2000 cuando gano el partido antagónico del PRI, el PAN y bajo la frase “saquemos al PRI de los pinos” el entonces electo presidente Vicente Fox lograba lo que parecía durante el siglo XX una utopía.
La paradoja o mejor dicho la increíble similitud con la historia de México es que exactamente un 02 de julio muere el hombre que representa hasta nuestros días la dictadura y a la vez la modernidad de nuestra nación, pero que duro tanto como también en su momento duro el partido de la revolución, que por cierto surge de aquellos ideales en los cuales la democracia y la alternancia política eran la bandera principal del partido y sobre todo surgiendo después de la dictadura de Porfirio Díaz.
El PRI omitiendo sus orígenes revolucionarios, se impone como un partido único logrando otra dictadura en la nación pero esta vez no solo de 30 años sino 71 y por si no fuera poco se suma el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto que sin duda fue un regreso a lo que Vargas Llosa tildo de “Dictadura perfecta”.
El calvario de quien sería el gran tlatoani de México durante muchos años comienza en junio mientras el Ypiranga tomaba curso rumbo a Europa, un viejo y derrotado Porfirio Díaz pudo escuchar por última vez algunos compases de Dios nunca muere al tiempo que en su memoria se dibujaba la vieja Oaxaca y la costa de México desaparecía ante sus ojos: atrás quedaba la patria y su vida entera; entrelazadas ambas, habían escrito en mayor o menor medida los últimos cincuenta años de la historia nacional.
El trayecto rumbo al viejo continente no tuvo mayores contratiempos. Sólo en la Coruña, España fue recibido por una manifestación de comunistas organizada en su contra. Nada de importancia. Don Porfirio seguía muy molesto por la infección bucal que lo había acompañado en los momentos más amargos de su vida. Decidido a sanar viajó a Interlaken, Suiza donde un especialista le devolvió la salud.
A mediados de julio de 1911, don Porfirio y doña Carmelita llegaron a París. Casi de inmediato visitó Los Inválidos y la tumba de Napoleón Bonaparte. Fue uno de los momentos más emotivos de su exilio. Con los veteranos franceses pudo evocar los viejos hechos de armas de la guerra de intervención. Si antes habían sido enemigos, en ese momento los unía un pasado común: la carrera de las armas y los años de la guerra. La apoteosis de la visita sucedió cuando el general Niox, lo escoltó hacia la tumba de Napoleón y puso en sus manos la espada que el emperador de los franceses blandió en Austerlitz. “Soy indigno de ella” –comentó don Porfirio, a lo que respondió el general: “Nunca ha estado en mejores manos”.
La desdicha de Porfirio Díaz duro hasta su muerte aquel 02 de julio de 1915 y pareciera que la desdicha aun continua para Porfirio ya que, si existe un más allá, seguramente sigue penando por regresar a su querida Oaxaca, a su querida patria, ya que sus restos están en Francia, pero no es el único que continúa lamentándose ya que aún hoy en día México no tiene una credibilidad absoluta en sus gobernantes, peor aún una apatía desborda los sentimientos de la mayoría de los mexicanos.
Sí , así es el mes de julio es decisivo en la historia de México que vio caer dos dictaduras, un 02 de julio acabo la vida de un dictador y otro 02 de julio, pero del año 2000 acabo la hegemonía del PRI iniciando un nuevo milenio.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo