“Hoy sabemos que en los primeros años del siglo XX nuestro mundo estaba siendo observado por unos seres más inteligentes que el hombre y, sin embargo, igual de letales.” Estas líneas, bastaron para sembrar el miedo en gran parte de la población de Estados Unidos. Fue el 30 de octubre de 1938, cuando el genial Orson Welles, transmitía a través de la radio, una dramatización basada en “La guerra de los mundos”, relato literario de ciencia ficción publicado en 1898, autoría de H.G. Wells.
En los últimos días, ocurrió algo similar, pero, esta vez, sin algún relato ficticio. El mundo entero volcaba su atención hacia las noticias provenientes de Estados Unidos. El gobierno de los EE.UU. informaba sobre múltiples avistamientos de objetos voladores no identificados, sobre su espacio aéreo.
Las noticias, así como las declaraciones de las autoridades norteamericanas, sobre esos hechos, parecían la descripción de una escena inicial de cualquier película de ciencia ficción sobre la llegada de visitantes extraterrestres. Imposible no recordar algunas películas que abordan el tema.
El primer filme que me vino a la mente, después de leer y escuchar diversas notas sobre los recientes avistamientos, es: “Mars Atacks!” (¡Marcianos al ataque!), película de ciencia ficción, llena de comedia y sátira; dirigida por Tim Burton, estrenada en 1996. Este relato cinematográfico, aborda la llegada de una gran flota de platillos voladores, tripulados por marcianos, quienes invaden territorio norteamericano.
Pues eso, no sucedió. La realidad de lo ocurrido en días pasados, dista mucho de las teorías sobre invasión alienígena a la tierra. Los objetos avistados, y, posteriormente derribados por las fuerzas militares de Estados Unidos, eran globos de gran altura, dispositivos de vigilancia, quizá de espionaje, de los cuales no se especifica su procedencia. No hubo contacto extraterrestre, ni tampoco naves provenientes de otro planeta.
Cómo no pensar en las imágenes del Ovni que aterriza en Washington, previamente detectado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y, del cual desciende un individuo con características extraterrestres, causando el terror de la población y del gobierno, ante la posibilidad de un ataque de aliens. Esto, es el comienzo de “The Day the Earth Stood Still” (El día que la Tierra se detuvo), filme de 1951, dirigido por Robert Wise; basado en el cuento “El amo ha muerto”, de Harry Bates, publicado en 1940.
La realidad es que no hubo “Encuentros cercanos del tercer tipo” (Close Encounters of the Third Kind), como lo planteó Steven Spielberg en esa magnífica película de 1977, en la que relata el encuentro de un grupo de humanos con seres extraterrestres.
Por cierto, lo sucedido en el presente, tiene un gran parecido a los argumentos presentados por las autoridades norteamericanas en 1947, cuando se dio el célebre incidente sobre un Ovni en esa ciudad de Nuevo México; al explicar que el objeto en cuestión era un globo meteorológico. Extraña coincidencia.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo